Estos doce fragmentos, son en mi memoria los doce meses que pase junto a mi Bertha, doce meses que devuelvo en versos simples y pequeños, porque no podría escribir lo complejos y grandes que fueron. La memoria no es tan prodigiosa para recordar cada magnifico detalle y la mía mucho menos, así que entrego estos doce pétalos para que después de dar su aroma, se marchiten con el olvido.



I


El sol asesino dos fríos
Y tras el las sombras huyeron
Metí mis lágrimas en sus sepulcros
Y nadie les lloro

II

Mi almohada
Se doblo bajo otro cabeza
Y mi alma
Se irguió bajo el peso de la misma
Sacie mi carne y mi espíritu

III

Bajo la mismo sombra
Tome al sol de mi mano
Llenamos de luz la noche
Y bebimos de su copa y de la mía
Bajo la misma sombra

IV

El tercer fruto del octavo árbol
Fue dulce
Lo mordimos al mismo compás
Y nos herimos la boca

V

Yo giraba a tu alrededor
Creyéndome un planeta de tu constelación
Y formábamos nombres con las estrellas
Sin saber que se apagarían









VI

No era casualidad que el árbol creciera
Ni que las hachas
Se afilaran al mismo tiempo
No era casualidad y no lo fue


VII

Vino la tormenta
Y nos mojo el alma y no la carne
Judas se levanto
Y beso a todos los presentes
Lastimosamente no murió

VIII

Era difícil mirarte
La tierra y las personas
Se levantaron entre nosotros
Era difícil mirarte
Pero nunca deje de verte

IX

Nada pudo detenerte
Ni mis suplicas en silencio
Ni la inundación de lágrimas
Ni la falta de aire
Sin levantar las alas volaste
Y con vos te llevaste mi sonrisa
Y nuestras armas
Fui herido cada día
Y enferme

X

Un mes invernal sin invierno
Las bóvedas celestes se abrieron para empaparme
Pero ya estaba empapado de lágrimas
El cielo se abrió en vano







XI

Comencé a tejer las memorias
Y me pinché al trabajar en ellas
Nunca termine de tejer
Mis dedos no soportaron

XII

Viniste y con vos mi sonrisa
Despertó de nuevo
Pero no trajiste nuestras armas
Y me asestaste el puñal en el pecho.
Morí sonriendo.


29-12-08