Ya llegan los Santos Reyes
y Yael no dice groserías,
y pide mil juguetes,
a su mamá y a sus tías.
Todos se desviven por él,
es un niño colmado de suerte.
Y le traerán aquel
y otros mil juguetes.
Una moto para ir a la escuela,
una guitarra eléctrica,
un avioncito que vuela,
y una grabadora tétrica.
Abrirá muchos regalos
y todos le aplaudirán,
y en otros lados,
otros niños llorarán.
Ahí no habrá juguetes,
tan sólo un duro pan,
y ninguna de las gentes,
de ellos se acordarán.
Jugarán con lodo
o con objetos del basurero,
y algunos tirán todo
después de un día entero.
Los juguetes de madera
ni quien ya no tienen venta,
buscan lo que es mejor
sin importar la cuenta.
En este bello día,
debería ser mejor,
pero no hay alegría,
para los de baja condición.
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