El vértigo de verte de reojo Mientras tu paso va siguiendo el mío, La convulsión del pulso de tu mano, Y el halo de tu aliento bajo el frió. El aire que pasea por mis pulmones Mezclado con tú aroma de jazmines, Las palabras que son solo un pretexto Para vernos al pie de los jardines. Las luces encendiéndose despacio Llegando a la baranda de tu casa. Toda la vida se encerró en la brecha Que recorremos desde aquella plaza.
Texto agregado el 30-12-2008, y leído por 124 visitantes. (3 votos)