Observaba delicadamente hoja por hoja, no podía detener las lagrimas cristalinas que caían por mis mejillas, era lógico, no podía contenerme por todos los recuerdos que se venían en mi mente, él ya no estabas allí en cuerpo, pero mi mente lo creaba y estaba ahí, a ratos se reía de mi, pero también quería imaginármelo que él estaba llorando.
No podía pasar una hoja sin leer y cada línea me envolvía más y más en mi propia historia.
Pensaba si tu hubieras estado a mi lado, la hubiéramos disfrutado más la historia juntos, esa era nuestra historia.
Al terminar de leer, comencé a quitar una por una las hojas del cuadernito de notas que tenía, sentía como si parte de mi vida se iba desplomando poco a poco, como cuando vas quitando uno por uno los pilares de una casa, hasta que la casa no resiste más y cae.
Yo talvez ya me sentía caído, por todo el dolor que llevaba en el corazón, en mi mente ya no había ningún sólo pilar que me sostenga.
Talvez no conseguía nada quemando las hojas, pero me arme de valor y lo hice, fue tan doloroso. Sentía como si un chorro de agua fría pasaba por mi espalda, sentía miedo de mi, claro que sabía que no iba ha hacerme ningún daño. Por que no había que más hacerme si todo ya me lo había hecho otra persona.
Al quemar estas hojas, queme parte de mi vida.
Quemé ese amor que sentía por él.
Quemé la historia que era el documento más importante para mí.
Lo quemé dentro de mi mente.
Quemé los recuerdos de todos los momentos maravillosos que pasamos juntos.
Lo quemé a él. |