Darme cuenta que aún me miras embobado me asusta. Pues está fuera de tu propia razón aquello que sientes por mí. Sé que me estás pensando. Pero sé también lo poco que permanece en ti. Y lo frágil que puede llegar a ser y lo olvidadizo que te tornas cuando yo miro hacia atrás, o también cuando te miro mucho.
Texto agregado el 28-12-2008, y leído por 82 visitantes. (2 votos)