Sabes que te amé.
Que te amé quizás con más amor
que el que Julieta sintió por Romeo.
Que fuiste a la vez:
mi libertad y encierro.
Que me diste alas
y me quedé a tu lado,
que me encerrabas
y no hice nada para evitarlo.
Que podías con un beso
lograr que te perdone,
que me quedé en silencio
para no reprochar tus engaños.
Sabías todo de mí.
Mis alegrías, mis momentos amargos
-lo que me hace bien,
lo que me hace daño-.
Sabías que te perdonaría
cualquier mal, cualquier herida
al mismo tiempo que sabías
que me estaba desangrando...
Y te burlaste de mí.
Todo el mundo me lo dijo.
Y yo ingenua , enamorada de tí,
a ninguno lo creí.
No creía hasta que hoy
la vida me demostró
que no valía la pena
el derrochar tanto amor.
...............................
Entonces, me llené de fuerzas.
Me preparé para la GRAN BATALLA
en la que me enfrentaría a tí.
Aprendí a no decirte siempre "sí".
Aprendí que cada uno
debe hacerse responsable de sus actos...
y aprendí que ante personas como Vos
la mejor arma es sonreir.
Y utilizé en nuestra batalla
la mejor de mis sonrias;
y te lastimé de tal modo
que el corazón se me hizo trizas,
pero mi dolor sirvió para demostrarte
que no siempre me tendrás,
que podrás gritar muy fuerte
mas la ingenua niña
No Regresará Jamás.

_C.M.B_