Nació el 11 de Noviembre de 1928, en Panamá.
Actualmente divide su residencia entre Europa y México, costumbre que, con toda seguridad, adquirió gracias a los cargos diplomáticos de su padre en Holanda, Portugal e Italia, máxime ahora cuando sabe que en México las fiestas son demasiado largas, las cenas tanto que pueden volverse desayunos, y el trabajo del escritor arduo, pero reconfortante. El alejarse del país le ha dado una perspectiva desencadenada de nuestras inequívocas costumbres; con dificultad, un hombre puede escribir sobre su propio cuerpo sin mirar en el espejo. La obra de Fuentes ha resultado profética; en su libro La frontera de cristal (1995), escribió que a Estados Unidos poco le convenía construir un muro en la frontera con México para detener la inmigración, años después esa ficción se volvió realidad y el debate de si debía construirse el muro fue capital. Otras veces, su obra refleja la realidad de México, como en La región más transparente o en La voluntad y la fortuna; la primera, es una inteligente urdimbre de personajes involucrados en la revolución mexicana, cuyo protagonista es Ixca Cienfuegos, un mexicano temeroso de la ciudad; la segunda, su obra más reciente, trata la actual violencia en el país.
No hace mucho le escuché decir que dedica las horas diurnas a escribir, gusta de la natación y de caminar. Galardonado con el premio Cervantes en 1987, temprano lector de Borges, Neruda y Stevenson, Carlos Fuentes tiene ochenta años, es políglota, el artista literario más reconocido de México y un indiscutible candidato al Nobel.
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