Debido al gran crecimiento demográfico el señor San Nicolás decide publicar un aviso solicitando reesfuerzos, un casting de Papá Noeles-Santa Clauses que le ayuden a la repartición de regalos a los niños del mundo.
De a poco fueron apareciendo postulantes de distintos países, algunos con frondosos curriculums y otros con amplia experiencia en trabajos callejeros como “busca vidas”.
En la numerosa fila que esperaba ser encuestada por San Nicolás se escuchaban las más diversas charlas, desde ricos debates socio-políticos-culturales acerca de la incredulidad de los niños en la actualidad y la influencia del Internet y la televisión en dicha problemática, hasta los chistes más chabacanos y soeces, por ejemplo en un grupo de santas sudamericanos se produjo el siguiente dialogo:
-Eu so uno de os santas mais japidos do mundo -alardeo un “Papai Noel” brasilero, flaco cuya despeluchada barba postiza blanca contrarrestaba con un rostro moreno- eu gepagchía cartas tudu el chía pra el correio, so dogmía umas hoiras y voltaba a trabaliar.
-Che que bien bolu! Dijo el Santa argentino.
-Impresionante bo! Se sumo su par uruguayo de mate en mano y termo bajo el brazo.
-Fantástico huevón! Exclamo el chileno.
-Che –arremetió el argentino- o sea que vos no estas nunca en tu casa?
-No, eu no, so pra dogmir.
-Seguro que vas a aparecer en el libro Guinnes, el libro de los recor... porque debes ser recor-nudo, Mamá Noel la debe pasar súper, jajajaa!!!, Estallaron en risotadas los postulantes a Santas.
-Eu agenchino! Replico el carioca, ¿voce sabe como llamamos a los boludos em Brasil? Mais no lo llamamos, vienen solos por Aerolineas Argenchinas jajajajaa!!! Después de las humoradas el carioca y el porteño se quedaron discutiendo acaloradamente de fútbol, sobre la típica antinomia Pele-Maradona.
Mas adelante había un Santa de unos ochenta años, corpulento con acento caribeño de verdadera barba gris. Su traje era verde con botas militares y un gorro al tono pero con el típico pompón.
-Ese no es...?
-Si, para mí es! Ahorita su hermano se encarga de sus antiguas cuestiones y el se habrá camuflado en el casting para ver si se presenta algún compatriota que quiera usar el trineo para escapar de su país, comento un aindiado Papá Noel Boliviano
En otro sector de la fila un Santa de Estados Unidos, petiso y con cara de borracho desconfiaba de un delgado representante de Noel Afgano de rasgos árabes y barba entrecana, envuelto en túnicas. La paranoia del yanqui lo llevo a denunciar ante el verdadero San Nicolás la posibilidad de que el afgano pergeñe un atentado estrellando su trineo. Ante la denuncia San Nicolás suspiro profundamente. Mientras que el representante de Venezuela le gritaba al norteamericano que era un acusón cerdo capitalista, que por donde su paso olía a azufre.
-Porque no te callas!!! Fue el grito del Santa español con aires de realeza.
La situación se fue tornando cada vez más densa. Santas de todo el mundo discutían por cualquier asunto. Un pelirrojo Santa de botella de whisky en mano y pollera escocesa le propino un furibundo puñetazo en el ojo a su colega británico. A partir de ahí todo se desbando para terminar en una batahola generalizada con trompadas a diestra y siniestra. Un grupo de duendes alcahuetes al servicio de San Nicolás intento intervenir para recobrar el orden. Mala idea. Volaban duendecillos por todos lados impulsados por patadones de los exaltados Santas. Sin mas San Nicolás dio por terminada la entrevista. Echó a todos y abatido no supo como seguir. Pero el milagro navideño no tardo en suceder. Resulta que algunos de los Santas convocados también eran padres y decidieron tomar cartas en el asunto tratando de aliviar el excesivo trabajo de San Nicolás y por lo menos hacerse cargo de sus propios hijos, es por eso que cada 25 de diciembre crecimos creyendo que venía Papa Noel a dejarnos sus regalos cuando en realidad eran nuestros papás. Con el transcurso del tiempo nos enteramos de esto y no pudimos evitar la desilusión pero no, a no decaer. Papa Noel existe, existe en el corazón de cada padre que se esfuerzan para dejar un regalito bajo el árbol en cada navidad y que a cambio recibe el mejor de todos los regalos, la alegría de sus hijos. Por eso es nuestro deber mantener el noble legado que alguna ves decidieron tomar un grupo de padres. Papá Noel, Santa Claus o el Viejito Pascualero agradecido. Los niños felices.
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