Cosas que no generan malestares ni merecen llevar al desespero, pero algunos me llaman patriotero cuando cito mis pampas tutelares. Mas al volver Altorcan a sus lares al dialogar feliz con otro ibero creo entrever allí que el Río Tercero es menos real que el parco Manzanares. Yo no conozco a nadie cuya infancia no haya dejado en su alma la fragancia de las flores y frutos de su huerto. Todo es cuestión de ritmo y proporciones, pero acallar tan tiernas sensaciones es llevar en el alma un niño muerto.
Texto agregado el 25-12-2008, y leído por 226 visitantes. (3 votos)