Cuantas veces he tratado de escribir un cuento de navidad, pero me ha detenido siempre un recuerdo triste, que me llena los ojos de lágrimas, y termino por no hacerlo.
Otras veces escribo unas líneas y me detengo por que sonrió con melancolía y me dejo llevar por los recuerdos y ninguna línea escrita es mejor que el sentimiento en imágenes y pues quedan solo unas líneas que jamás termino.
Nunca he podido definir la navidad, de niño era fácil, era época de ilusión, de regalos de alegría, nunca entendía por que mi madre se ponía rara.
Después de joven, era las posadas, escaso de dinero siempre pero con una imaginación obligada, pero bien o mal ya habían terminado los exámenes, en fin en conclusión era feliz y más si estaba enamorado ó detrás de alguna posible novia.
Pero hoy lo intentare:
Su barba lucia sucia, desarreglada, el se vio en la fuente y sintió pena de si mismo.
Cerró los ojos, volteo hacia la iglesia y abriéndolos lentamente vio esa iglesia en donde vestido elegantemente desposo a la mujer de su vida.
Donde sus hijos fueron inscritos en las listas del señor, ahí en esa iglesia, ahí mismo.
Y tampoco cuando escucho el nombre de su esposa pronunciado tras un descanse en paz.
Y ahora era noche buena, se sintió solo, de nuevo el agua de la fuente devolvió la imagen de alguien cansado, triste y solo.
¿Cuantos amigos se habían ido? ¿Cuantos?
Intento tocar el agua, pero una mano pequeña se le adelanto, el se sorprendió, la pequeña mano mojada sin que él lo pudiera evitar, le toco los ojos.
Muchas imágenes se proyectaron en su mente, sintió una paz, una gran tranquilidad, vio sonrisas olvidadas, vio y sintió calores de verano, pero sobre todo se sintió acompañado.
El hombre abrió los ojos, volvió a voltear hacia la iglesia, se sorprendió de ver tanta gente reunida a la entrada de la misma, camino lentamente hacia ellos y en cuanto vio de mas cerca esos rostros, noto que sonreían, que lo llamaban, su paso lento se volvió rápido, muy rápido, de golpe dejo de ser su cuerpo lento y con dolores.
Muchas voces repetían su nombre, el no podía entender, ahí estaban todos, toda su vida, toda su historia, sintió calor, sintió ganas de reír llorando, él, él, era feliz.