gmmagdalena
Las Desventuras de Sancho y Mancha
Buenos Aires, Bosques de Palermo, la acción ocurre en plena Zona Roja, lugar frecuentado por travestis y putas ejerciendo una vieja y conocida profesión. En una esquina del bosque, esperando posibles clientes, dos travestis con poca ropa, uno alto y flaco y otro bajito y gordo, se encuentran y comienzan a conversar.
Travesti Flaco:¡Hola Sancho! Te demoraste y nos querían quitar “la parada”, ya me peleé con tres o cuatro “locas”.
Travesti Gordo: Ufa che, ya te dije que no me dijeras Sancho, es como si yo te dijera Mancha, como te llamaban los muchachos en el Barrio, porque te tocaban y salían corriendo.
T.F.: Bueno, bueno, qué susceptible estás hoy, se nota que no te va bien en el negocio.
T.G.: Y ....claro, si siempre me tengo que conformar con las sobras tuyas, nadie quiere a un travesti gordo. ¡Ayy mi amigo! Estoy pasando muchas penurias, ahora “la Turca” me quiere echar del “conventillo”.
T.F.: ¡Esa Turca es una mala “mina”! En verdad yo tampoco consigo muchos clientes y en cualquier momento nos vamos los dos a vivir bajo el puente.
T.G.: Lo que pasa es que dice que somos dos perdedores, que sólo producimos risa con nuestras ropas de mujer y que nadie se gasta un “mango” por estar con nosotros..... Ella no sabe lo que sentimos ni lo que hemos perdido por ir atrás de nuestros sueños...... (voz emocionada)..... Dejala que ladre esa perra.
T.F.: Ejem...., Ejemmm...Sancho (perdoná que te llame así che, pero total estamos solos), ¿sabés una cosa? Tengo que confesarte algo.
T.G.: ¿Algo?.... dale che... contá, contá.
T.F.: ¿Te acordás cuando juntábamos pesito sobre pesito trabajando en la herrería para poder operarnos?
T.G.: Si que me acuerdo ¡cuántas ilusiones!
T.F.: ¿Te acordás cuando nos internamos para operarnos y nos hicimos las “lolas”, y nos redondeamos el culo?
T.G.: Sí, si que me acuerdo...Y .. ¿a qué viene tanto recuerdo? (impaciente).
T.F.: Esperá, esperá...... ¿te acordás que mi vieja lloraba y nos decía que nos íbamos a arrepentir?
T.G.: Sí, sí que me acuerdo ¡cómo lloraba tu vieja, que en paz descanse!
T.F: Bueno.... tenía razón che, me arrepentí.
T.G.: Pero....... ¿estás loco? .... si toda la vida, desde la cuna que querías ser mujer, me acuerdo cuando te ponías las bombachas rosas de tu hermanita.
T.F.: Si che, pero me enamoré.
T.G.: ¿Te enamoraste? ¿vos? Y ... ¿de quién? ....¿de una mina?, dale, dale, estás loco.
T.F.: Si, me enamoré de la Dulcinea, la hija de la Turca.
T.G.: ¿De esa flaca fiera? Noooo, no te puedo creer che, noooo, si es como decía mi abuela que era muy leída, vos siempre peleando contra molinos de viento.
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