Recordar los pasillos amarillentos,
Las risas femeninas en los ratos libres
Junto a sus alaridos.
Las puertas de color brillante,
Los rostros de la gente mayor
Con sus palabras sabias.
Las líneas trazadas en las mesas blancas,
pirámides de secretos a voces inmortalizados.
El ruido de los automóviles al rededor.
El rincón lleno de rosas donde lloré
una vez junto a quien ahora es una mera sombra,
mas entonces era luz.
No solo lloré en aquel lugar,
también suspendí fotografías,
arte escondido en sinuosidades.

Cómo no recordar los juegos,
Los cambios de roles, los sueños,
Incluyendo discusiones agudas.
Carreras en el cemento empolvado,
movimientos coordinados y armónicos.
Balones que rebotaron contra mi rostro.
Tardes sobre el pasto y un mareo sustancial.
Humo y vapores de silencios acalorados.