Ya que estamos con esto de la Navidad... Y sí: hay que ir a la par del pueblo.


Para mi hada madrina: Derian




Todas las navidades pasa lo mismo, vieja hincha pelotas. Le decís que se quede piola, que uno se arregla, que entre todos armamos algo, pero no. Ella sigue rompiendo las pelotas tres días antes. Decime qué puede salir mal, eh. Decime. Lo peor que puede pasar es que no le vaya nadie a la casa porque estemos con las pelotas hinchadas, así como dos ruedas de un mercedes gigante. Vieja del orto. Eso es lo peor que le puede pasar. Y ella sigue rompiendo y rompiendo y rompiendo. Dios. Yo no sé qué tiene en la cabeza. Mierda. Ya le dije que no me llame porque no estoy en casa, pero qué me decís: llego a la noche y me encuentro docientos mensajes "Carlitos, no te olvides del vitel toné, acordate de la ensalada waldorf". En el mismo día, no te jodo, tres mensajes que dicen lo mismo. Por Dios. Yo no sé, te juro, cómo se la banca la hija. Esa sí que debe tener la cabeza hecha mierda por la vieja esta. Pero te digo que es insufrible, ¿qué me importa que sea mi tía? Si te digo que nadie se la banca es que nadie se la banca. Te digo más: ni ella misma se debe soportar. Ni la pavita esa, que cocina el veinticuatro desde que se levanta, abriendo el horno a cada segundo a ver si está bien o si se pone seca. La puta madre. Un día la pavita sadía va a resucitar nada más que para volver a suicidarse por cómo la vieja esta le tiene las pelotas por el piso.