Inasticlt, desalentado veía como los correos mayas que venían de más al norte, trayendo noticias del avance de los barbados, y el pensó que el mejor nombre para esas gentes debería ser bárbaros.

Se había quedado en Yaxchilán, ciudad de la cultura maya quiché. Ahau Quiché, sacerdote y gobernador, le había pedido que se quedara para ser iniciado por los Chanes, nombre de los sacerdotes iniciadores en el culto de la serpiente y sostenedores de la cultura maya, que en su poder se encontraban los códices, los relatos de la cuenta larga y la historia de Yucatán, tierra del paraíso. No olvidemos que para los mayas la serpiente es la inteligencia, el saber.

Inasticlt, fue llevado a la pirámide de la luna, casa de la sabiduría y de la sapiencia. Tonatzú, sacerdote guía y mentor del guerrero jaguar, lo inició en las verdades del Popol Vuh, el libro sagrado de la creación maya. Para eso debió soportar el rito de la iniciación escogido para él, los cinco días de oscuridad del último mes del calendario solar. La oscuridad no era real, más bien se trataba por ser muy religiosos, de limpiar el espíritu de todo lo terrenal, y en esas cinco noches soportaban sin un quejido y con sus cánticos, a Hunab Uh, las laceraciones que se producían asimismo, para poder acercarse a la divinidad, creadora de todo lo viviente en este universo y que residía en el centro de la galaxia.

Fue instruido en toda la sapiencia de los ancestros mayas. La fuerza creativa de los Toltecas, en su ciudad de Teotihuacan, su visión del futuro. También supo que hubo 4 diluvios anteriores en diferentes épocas de la existencia de la raza humana.
Los sacerdotes astrónomos le mostraron los libros y le enseñaron que en la Cuenta Larga, se encontraban los escritos y el tiempo transcurrido en cada uno de sus tiempos.

Los sacerdotes tenían el convencimiento que toda la sabiduría la había traído un viajero llegado del este en su nave con su séquito, para entregarles el conocimiento de las matemáticas, de la astronomía y el comportamiento de los elementos naturales.

El tiempo pasaba, Inasticlt iba pasando por las etapas del aprendiz a la sabiduría ancestral maya, atravesando por todas las manifestaciones físicas y espirituales, cuna de la inteligencia y de la razón.

Ahau Quiché, le hizo llamar y estando en su presencia le dijo: Inasticlt, ya no serás mas guerrero jaguar; tu serás mi sucesor, cuando yo emprenda el camino en alas de Camazotz (murciélago) a la casa de mis padres en las Pléyades. Deberás proteger a tu pueblo de la barbarie, de la oscuridad, de la codicia y de la insana maldad que nos acecha .
El iniciado Inasticlt, se postró frente a él y puso su frente en los pies del anciano maestro y diciéndole: Ahau, Ahau mi señor.

Nomade.....

Continuará