Ella lo recuerda gran parte del día. Quizás porque hace muy poco se fue de su lado. Fue diferente con él, porque no era a los que estaba acostumbrada. Éste había sido dulce, bueno con ella, realista y agradable. Quería soñar que les quedaba mucho, pero en el fondo lo sabían... Aunque ella intentaba no pensar en eso, a lo mejor sucediera algo, a lo mejor, las cosas cambiaran.
Las ilusiones no existen para hacerse reales. Las ilusiones existen para generar esperanza,la esperanza sirve para crear anhelos, de allí se construyen sueños y si se tiene la suficiente fuerza de voluntad y la claridad mental que se requiere: se forman metas. A veces unos tienen suerte, y se formulan metas con menor trabajo. Algunos alcanzan metas que ni siquiera se formularon, y no con mucho esfuerzo. Pero, en general, formular una meta es un trabajo duro, y alcanzarla también lo és. Verónica permaneció en la ilusión, un poco por miedo, un poco por ingenuidad, un poco por haber formulado mal el interrogante que creía que la guiaría a una respuesta. Quizás no notó que a él le sucedía lo mismo. Cuando lo descubra será más libre, ahora la apresa un sentimiento de bronca y desazón por recuerdos y sensaciones que siente haber perdido y que durante un tiempo la mantenían sonriente.
Personas así, estando juntas, pueden crear cosas muy bellas. Personas así suelen juntarse... Pero no permanecer juntas. Para lograr una permanencia, se requiere de más. Uno puede alcanzar una relación madura y mantenerla viva por mucho tiempo sólo cuando se es maduro en los aspectos personales, al menos en algunos. Y también depende de a qué estilo de relación aspires...
Lo que Verónica está sintiendo no es un sufrimiento porque estaba enamorada. Es desilusión, es decepción, es un ¿por qué?. Eso tiene una solución, pero la respuesta está en ella misma. Todo merecemos ser felices y alcanzar nuestra historia soñada, pero para lograrlo se requiere de muchísimo esfuerzo y de conocimiento personal.
Verónica siente que sólo respira y que está realmente viva cuando se observa en aquellos episodios que compartió con él. Se pregunta, constantemente, si a él le sucederá lo mismo. Verónica... ¿de verdad importa? ¿importa si te recuerda en la forma en que vos lo recordaste a él? seguro que sí, le daría más sentido, pero no necesariamente lo haría mejor. Lo recuerde de esa forma o no, es un recuerdo. Y en eso coinciden él y vos. Pero que sea un recuerdo, no significa que sea menos importante. Que haya terminado, no significa que todo acabó. Y no te hace menos, sino más.
Hya palabras, conversaciones, gestos, todo registrado febrilmente en su mente. Siente algo extraño al recordarlo. Es un abismo, lo había sentido antes. Vuelve a pensar y a analizarlo, y siente que quedaron muchas cosas por decir.
Pero eso tampoco importa. Porque siempre hay cosas que no se dicen, lo importante es que las que fueron dichas hayan sido esbozadas con sinceridad y con el alma. No deben haber ni arrepentimientos ni bronca, eso sólo te desgasta y no te provee de las fuerzas que necesitás.
Verónica tenía muchos deseos, muchas ilusiones. Ella piensa en él y éste es un recordatorio inconcluso de todas esas ilusiones y de una secreta esperanza. Pero es tiempo de metas, es tiempo de enfrentarse con uno mismo. Es la oportunidad perfecta para que Verónica comprenda todas esas cosas a las que no les veía sentido.
Yo sólo la veo y recuerdo como fui yo en una situación así. Ella me recuerda a mí. Sin embargo sé cómo somos, y no me engaño. Sabemos la mayoría de las cosas que nos dicen, pero no basta con saberlas. Basta con aplicarlas y determinar el momento correcto para hacerlo. Es un arte y una capacidad: se llama madurez. Y es mentira que se alcanza con los años, se alcanza cuando se la necesita y cuando estamos listos para ponernos a prueba. Después de todo, la experiencia no es cuánto se ha vivido: sino cuánto se ha reflexionado.
No importa por cuántas relaciones hayas pasado. No importa si fueron buenas, si fueron malas. Muchas veces pasan miles de personas a nuestro lado, y no llegamos a conocer ni a la mitad de ellas. Lo mismo les ocurre a éstas personas en relación a nosotros. Lo que quiero decir, es que Verónica no habrá intentado ser feliz buscando y buscando, soñando y soñando. Su búsqueda será realmente una búsqueda cuando busque lo correcto. A ella misma. Y cuando busque en donde es correcto. En ella misma.
Verónica es una nebulosa... pero ¿quién no lo es?
No hace falta verlo todo y entenderlo todo, si tenés el valor de entenderte a vos misma y de hallar las fuerzas para seguir adelante.
La tristeza, la nostalgia, el desamor... Todo eso tiene un tiempo, y después de ese tiempo, sirven de inspiración para escribir. Pero el corazón y el alma también tienen un espacio determinado, y también se llenan: por lo que hay que cuidar no llenarlos con demasiadas ilusiones o miedos, porque cuando llegue lo realmente verdadero no nos daremos cuenta.
Ese matiz gris que tiene la voz de Verónica, esa templanza. Me recuerdan a un personaje. Y como un personaje que va a decodificando su historia en diferentes capítulos, es momento de que elija pasar al próximo. Aunque eso no signifique olvidar, significa crecer. Y el pasado nunca es una carga, por el contrario, es un aprendizaje.
Y, en secreto, ambas sabemos que siempre será más que eso.
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