Hoy te vi distinta. Con el peso del tiempo en tus ojos, el cansancio de ciertos momentos en tu piel. Hoy te sentí distinta. Tus manos ya se agotan, tus pies aún tienen la fuerza de caminos sin recorrer. Hoy lloré tus tristezas, tus mundos, tus recuerdos, tus olvidos. Sentí el miedo que te da dejarnos. Tu alma pide a gritos esa paz buscada y no encontrada. Hoy te vi, madre. Hoy te vi, mujer.
Texto agregado el 11-05-2004, y leído por 157 visitantes. (1 voto)