Inicio / Cuenteros Locales / angelateo / Poema VII
La noche extraña nuestra vida ha recordado
Y a veces lunas no se pueden divisar
Si acaso encuentro nueva noche para amaros
Resolveré que todo el mundo ha de matar
Vos, mi hombre fuerte dadme vida para amaros
Quiero saber si tengo la oportunidad
De poseer tus brazos largos cual columnas
De fuerte piedra y de grandiosa ubicuidad
Unid mis rosas con las vuestras en el lecho
Y haced de mí todas las cosas que queráis
Después de todo vos sois hombre verdadero
Y no soy quien para impedir lo que deseáis
Si vuestra espora busca absurda mis helechos
Ya yo abriré mi puerta pues de par en par
Y ya sabréis de mí mi macho corpulento
Encontraréis en mí mil puertas para entrar
Recordaréis de todas noches los placeres
Que os brindaron mis alitas al volar
Si cuando entonces acordaros de recuerdos
Mi cuerpo tiene nuevas horas que probar
Y mis recuerdos de una vida que era virgen
Desvaneció el viso de posibilidad
De resentir de caras horas en el lecho
Mirad atrás y nuestras noches recordad
Andáis buscando todo el tiempo nuevos huecos
Para esconder el alma vuestra en el amar
Para mostrar ante ese virgen asustado
Virilidades solo vuestras que cargar
En todo caso anonadado ando los lechos
De falo en falo busco yo un nuevo sentir
Pero mi alma depravada y virulenta
Solo en el vuestro pudo hallar lo que es vivir
Y andar el tiempo y desandar las horas caras
Traté de dar a los relojes dirección
Mas cada vez que yo miraba sus agujas
Vuestra erección palidecía mi emoción
Viví y miré los edredones recovecos
Las otras camas no tenían vuestro olor
Me di pues cuenta era inútil tanto sexo
Lo que buscaba tiene solo vuestro ardor
Y vuestro ardor es tan caliente como plancha
Y su tortura quema intensa tersa piel
Me hice hoy cano y arrugado como viejo
Después de ti mi vida hundida está en la hiel
Yo renací más y otra vez yo fui radiante
Y otra vez yo pude en vida respirar
Pero la falta de tu pecho craso infante
Hizo a mi mente nuevamente a ti tornar
Y mi tormento perseguía nuevamente
A mis valencias cada día destrozó
Miré la puerta de tu casa bien cerrada
Mi mano tan desobediente le tocó
Y allí os vi, de nuevo macho dominante
La puerta abrió y os descubrió sin decepción
Yo di la vuelta tan dispuesto pues fugarme
Y no volver a tus torturas de pasión
El torso vuestro ancho y fuerte como toro
A vista prima no me pudo encandilar
El rostro vuestro y vuestros ojos depravados
Su tentación pues no logró hacerme abdicar
Mas conocéis vuestras virtudes tan malignas
Y las usasteis tan ingratas otra vez
La vos profunda propia de vuestra garganta
Me hizo entero nuevamente vetustez
A vos torné mis ojos negros ya cansados
Y caminé con pasos cuales de bebé
Los brazos vuestros tan abiertos me advertían
De los dolores a que un día renuncié
Paré mis pasos nuevamente más pensante
Miré tus dientes sonrientes para mí
Los recordé cuando mordían a mis carnes
Y vos decíais que eran besos ya sin fin.
Miré con miedo esa mano grande vuestra
Su fuerza un día sin piedad me demostró
Pues su cariño era tan tosco y tan grosero
Que hasta mi vida y mi alma destrozó
Di un paso atrás con convicción de allí dejaros
Y al verme un paso para adelante distes vos
Yo no corrí, tenía miedo de tu ira
Más era miedo de dejar allí tu hoz
La voz tan vuestra fue tan dulce ese día
Y nuevamente me lograsteis conquistar
Con un abrazo apresasteis voluntades
Y nuevamente me pudisteis dominar
Vos me tomasteis y empujabais delicado
Con el deseo que no lograra yo sentir
Me dirigisteis hacia adentro de tal lecho
En donde un día yo sentí que iba a morir
Me vi de nuevo bajo el fuero de tu yugo
Y en ese lecho me lograsteis destrozar
El gran dolor que provocaban tus entuertos
Del alguna forma me lograba fascinar
Me flagelaba vuestro falo tan severo
Su disciplina sin piedad estaba en mí
Que sin piedad dejó en mi piel su faz marcada
Y nuevamente en vos el gran ardor sentí
Y al terminar esa tortura lamentable
Miré al espejo a un hombre frío y desleal
No me miré de nuevo como era un día
Pues esa noche retorné al dolor real
Y ahora nuevamente siendo prisionero
De vuestras fuerzas que me gozan flagelar
Frente al espejo nuevamente soy tan cano
Absurdo tal que no me puedo perdonar
Mi indignidad perseguirá toda la historia
Flagelación será parodia del montón
Después de todo yo no soy un hombre sano
En todo caso yo carezco de perdón
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Texto agregado el 18-12-2008, y leído por 79
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