La puerta pesaba mucho y ella no podía sola entrar en el portal.
El carrito de la compra último modelo que su sobrina le acababa de regalar, no era lo suficientemente potente como para poder abrir la puerta con su esfuerzo.
Entonces la vi, la observé un instante… ¡Venga que la voy a ayudar… que esta puerta pesa demasiado!
Ella ni me miró… si que pesa mucho hija y el carro, aunque es nuevo y me lo ha regalado mi sobrina, no es lo bastante cómodo… pero yo de eso no me puedo quejar porque si no la familia… ya sabes tu ...
Consiguió entrar, nos despedimos … eché a caminar y la puerta del portal se volvió a abrir … ¡Si algún día necesitas algo, en el 5ºA tienes tu casa niña!
Señora, no hay nada que agradecer.
Texto agregado el 18-12-2008, y leído por 138
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