M A R I B E L
Le pareciò natural. Su amiguita màs cercana en la secundaria donde cursaba 1er. año, era la que la invitaba... Oye, no seas tonta, mi amigo Carlos, tù lo conoces, me dijo ayer que como jòvenes lindas que somos, podemos ganar algo de dinero ùnicamente por acompañar por unas horas a ciertos señores muy ricos...cosa sencilla. Son personas respetuosas, pero que les agrada lucirse siendo vistos con jòvencitas...¡por presumir, nada màs!. Solo los acompañaremos a comer a un restaurante de lujo y nos regalaràn ropa hermosa para que podamos usarla mientras estemos con ellos, y que podremos llevarnos despuès...De hecho, en el restaurante nos haràn pasar por sus hijas...Faltamos a clase, y yò llamo a tu mamà como a la hora de salida para decirle que te quedaràs un rato en mi casa, porque tenemos tarea que hacer...
Maribel se quedò pensando...es cierto que ha sido advertida de los peligros que se corren a travès de Internet, haciendo caso de invitaciones que parecen inocentes pero que llevan un trasfondo de perversiòn...pero esto era diferente, son gente conocida, va a ser a plena luz del dìa, en un lugar pùblico...¡que de malo puede tener!. Ademàs, ya para las 7 de la tarde estarè en mi casa...
No entraron a la escuela. Maribel se fuè con su amiga a la casa de èsta, ya que como los padres trabajaban no habìa nadie. Se cambiaron de ropa, pues tenìan que quitarse el uniforme, se pintaron y arreglaron un poco... y ya para el momento, el amigo Carlos, hacìa sonar el clàxon.
Les dijo, acompañenme que tengo que hacer un mandado, y luego nos vamos directamente a la tienda que Uds. elijan para que se compren lo que gusten...ya los señores me dieron el dinero...y metiendo la mano en su saco, les mostrò los billetes, sonriendo ampliamente y dicièndoles...¿no se los dije?...Desde allì nos iremos a comer.
Al llegar a la casa, lujosa por cierto, donde Carlos harìa su "mandado", les pidiò gentilmente, bàjense por favor , tal vez me tarde algo y aquì en el coche se van a cansar; ademàs, hace demasiado calor.
Entraron, se sentaron en una sala amueblada con buen gusto y se pusieron a conversar entre ellas, mientras Carlos se metìa por un pasillo al fondo. De pronto dijo su amiga, mira, allì a la derecha està el baño, voy un momento...no creo que se molesten...
Como salidos de la nada, se acercaron dos hombres que sonreìan abiertamente...¿Maribel? le preguntaron...si, yò soy...¡pero que linda eres!, resultaste toda una sorpresa...vienes?...Se volviò hacia el baño donde habìa entrado su amiga y dijo...y èlla...y Carlos..?..No te preocupes, le respondieron, nos alcanzaràn luego...vamos...Tomàndola firmemente por el brazo, caminaron aceleradamente por el pasillo; aquèl por el que Carlos habìa hecho lo mismo, hacìa solo unos minutos...
Jamàs se ha vuelto a saber nada de Maribel, desaparecida a los 13 años. Sus padres la han buscado por cielo y tierra.
Los detalles...estos pocos detalles, se conocieron cuando el tal Carlos fuè apresado por la policìa, investigado por un asunto muy feo relacionado con drogas...dos años y medio despuès...
cuento de Armida Martìn
|