Yo estudio para ser escritora, ¿sabías?, ¿no?, ¡pero por supuesto! Yo escribo mediante la inspiración, soy sentimentalista y muy romántica. Todo lo mío es inspiración, hay un genio en mí que me hace escribir cosas tan lindas sobre un beso o el amor. ¡Ah, el amor! Pura, pura inspiración. Nada de ingenio, sólo genio y sentimientos sobre la “alondra de la aurora que se posa en mi ventana”, ¿qué sentido tiene?, pues no lo sé, es inspiración de la mañana, es mi corazón que quiere plasmarse en la hoja virginal para ser violada por la tinta de mi lapicera. ¡Ay señores! Yo regalo versos de amor aunque algún erudito me diga que son de incesto, para mí son de amor, pues palabras tan dulces no pueden estar colocadas de manera tan sutil, tan bellas. Lo mío brota como brotan mis movimientos al caminar, el cielo azulado, los cisnes del lago, la rosa frívola, todo, todo me inspira y por eso soy escritora, porque ¿qué otra cosa puede ser? No es ciencia, no es estructura, no es selección de palabras pues éstas te eligen, éstas las elige el corazón, éstas………….perdón señores, me siento mal (y ella vomita un poco) ¡Oh!, esto me ha inspirado, mi vómito me inspira. Me marcho señores, ¡la musa ha llegado a verme!
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