Hemos conformado un grupo independiente de cuatro personas afines al arte.
Dos de ellas están relacionadas por la convivencia.
Pero existe un triángulo amoroso, que de hecho un tanto me excluye, provocando un cambio psicológico en las relaciones, pues ella se enamoró del otro y es correspondida.
No obstante el perjudicado cornudo es por unánime consenso el director de dicho grupo artístico.
Fue elegido por nosotros para la tarea de conductor puesto que resulta ser un gran activador de la energía creativa, haciendo que nuestro potencial aumente su caudal ostensiblemente mejorando nuestro rendimiento al máximo.
Concretamente, somos tres escritores que bajo sus ordenes renovamos nuestras esperanzas en poder hacerlo mejor que nunca antes.
Es un personal tráiner de literatura, además de también publicar sus propios cuentos.
Hoy fuimos citados para dar una vuelta en lancha por el Delta, para luego, en comunión, escribir historias influenciados por dicho paseo.
Aun no se ha concretado el traspaso amoroso,
pero todos nos hacemos los burros dejando que fluya la historia principal que nos une,
que es esta de estar detrás del profesor para poder concretar la obra. Obras, que de no ser por este vínculo profesional jamás existirían.
Soy el primero en llegar, pero ahí veo venir a los otros.
Hemos arrendado los servicios de la Morochita;
la embarcación tiene en su capitán a su único tripulante.
Es un sesentón llamado Lorenzo, sin dientes,
con lentes, orejas puntiagudas, tez morena.
Con aspecto desagradable pero por suerte de buenos modales. Esto es todo lo que puedo decir.
La consigna es mientras navegamos mirar por la borda el agua, e intentar no imaginar demasiado, para de alguna manera poner la mente en estado de meditación. Que nos permita vislumbrar alguna luz, despejado de conflictos, libres de angustias existenciales, con pensamientos aptos para ser destilados en los filtros de la bodega del arte. También debemos evocar los olores de este mismo lugar reparando en la multiplicidad de sensaciones que se agitan dentro de nuestros sentidos.
Así como escuchar, después del motor, todo los sonidos que podamos.
Es muy importante que el artista sepa:
de adonde ha venido y hacia donde irá su personaje.
Creo que contaré una historia, donde el acento este puesto en relatar mi vida pero escondido en la piel de otro.
De pronto la Morenita se detuvo arrimándose a un muelle, donde el director desembarcó con el argumento de que luego de saludar a un pariente recién llegado del otro continente nos alcanzaría; de la misma manera, transportado por otra lancha igual.
Que sigamos observando. Pero ahora, en esta segunda parte de la ejercitación de hoy,
mirar la estela que deja la barca siguiendo con la mirada el lomo de sus ondas desaparecer con la espuma, mientras rememoramos todo lo posible nuestra infancia.
Sabemos que la clave del éxito del grupo es prestar atención, y obediencia de las consignas,
ya que los mejores resultados saltan a la vista.
O sea que continuamos el viaje trabajando sobre nosotros.
Hasta que sentí un disparo de revolver con silenciador que igualmente me sobresalto,
que dio en la frente de mi compañero,
al instante, otro que pegó de lleno en el corazón de ella, su enamorada. Ambos cayeron al agua en el ancho río.
Yo único sobre viviente no se muy que hacer pero sensato me pongo a implorar por mi vida con mucho convencimiento. El ahora pirata Lorenzo continuó apuntandome hasta que llegamos a otro jurisdicción territorial, un país vecino donde me permitieron desembarcar. Para luego irse.
Creeria hundiendo la nave a la altura de donde cayeron los muertos. Luego huyendo en un bote a remos.
Cuando sobre la costa giré hacia el continente sobre mi propio eje, al momento sentí una lanza que atravesó el aire que hay entre el brazo y el torso, pasando de largo. Pude safar y salir corriendo. Pero el mal-viviente continuó soplándome las espaldas. Entramos en un bosque de Álamos, cuando otra lanza se incrustó en un grueso tronco justo cuando pasaba por el frente.
Hasta que sentí que mi cuello quedó envuelto de una férrea soga, ahorcándome cual presa de caníbales que cayó en la trampa para humanos.
Pero enseguida veo aparecer al profesor quién colocó un tronco para que pueda hacer pié, obligando a sentarme.
Entre nosotros no hay diálogo alguno.
Pero el director, soberbio, se puso a monólogar con aires de melancolía. Por todos los medios intentó explicar que nunca hubiera querido hacer tener matar a nadie, que se vio obligado por las tales leyes del orgullo apuñalado.
Entonces me aplicó una inyección que adormeció mi cuerpo entero, no pudiendo sentir demasiado dolor pero sí pudiendo mover las partes.
Allí, en medio de la naturaleza, me sujetaron e iniciaron una compleja operación de medicina. Haciendo un agujero en el cráneo para llegar al cerebro, luego urgeteando con un delgado alambre. A todo esto sumiso como me encuentro recito en voz alta: Un padre nuestro que estás en los cielos. Hasta que comienzo a perder la coherencia y divagar fuera de la oración.
Siento que los labios no me responden,
que me trabo al pronunciar el lenguaje;
que me quedo dormido.
Al despertar pregunto sobre que ha ocurrido,
que pasa que no recuerdo quién soy;
sobre porque hay a mi lado un arma de fuego con silenciador.
Desde luego, antes que nada, para que quede bien especificado, agradeciendo mucho los primeros auxilios recibidos. Amablemente me responden que hube caído de una embarcación que se hundió.
Que no pueden hacer más nada por mí. Que mejor me diriga al ayuntamiento a continuar con una adecuada rehabilitación.
No obstante la gran borrachera que aun tengo,
que por fortuna poco a poco se disipa,
más los pedidos de que por favor me ayuden a encontrar la salida del bosque, estos amigos que antes se brindaron en mi rescate con tanta seguridad, se marcharon con prisa,
dejándome abandonado en medio de la frondosa malesa.
Como puede comencé a trasladarme usando una rama como bastón. Tengo una benda blanca de gasa en la cabeza, debo parecer un soldado recién luego de la rendición.
Al intentar quitar el sudor de mi frente descubro que mis dedos están desnudos sin piel, hasta la tercera capa, enseguida corroborando que en la otra tampoco tengo de lo mismo, ni en las extremidades de los pies, que aun con el calzado colocado el cuerpo está en carne viva.
No puedo entender lo que pasa, ignorando quién soy, de donde vengo, lo que hice antes de estar así.
Un decir. Cuando por fin dí con la policía,
quede bajo arresto pués se hace imposible identificarme, no tengo identidad.
Lo único que podrá salvar el resto del pellejo que me queda, será encontrando la embarcación hundida. Pero pasan los días y nada,
solamente llegan noticias de la aparición de un par de cadáveres asesinados.
Víctima de sospechas por dichos crímenes,
estando bajo la sombra del inmundo calabozo,
tuve que soportar el rigor de la tortura con picana eléctrica incluida.
Finalmente me declararon insano internádome en un nosocomio, que es como estar muerto en vida.
A los cuatro años de estar aquí, vino un detective a reportarse como investigador, de un misterioso crimen que nunca se descubrió.
Atando cabos en la investigación se pudo armar el siguiente rompe cabezas: Que esta pareja pudo haber sido eliminada por alguien de su circulo íntimo, que yo podría ser un sobre-viviente de esa tarde funesta.
No pude ayudarlo en nada, solamente le repetí uno y otra vez, que vi como se hundía una embarcación a lo lejos.
Pero de todos modos, hice caso de esa historia poniéndome en el lugar de un tal Clever-up, desaparecido, alguien que intentó ser un escritor de novelas pero que encontró la ignominia.
Me calzé el bolígrafo e intenté escribir. Pero un loco del establecimiento me rompe lo realizado.
Me quiero matar. Después de mucho hacerlo solo tengo una poesía inconclusa.



.......................Clever-up...........................