. A un niño a la hora de la recreación:

- Hola- dijo el sabio loco- como te llamas campeón?
- Me llamo Jordán, tengo 7años y mi mamá me dijo que no hablará con extraños.
- Muy bien, mira, me podrías decir lo que es la vida?
- Mi mamá me dijo que no hablé con extraños!
- Ya lo sé, y tiene razón; pero yo soy Edo, un amigo que solo quiere saber lo que tú entiendes por “vida”…
- AAH!! Vale… Pues… mi papá decía que “la vida es una mierda” pero mamá me dice que no tenía razón y que si en la vida tienes a alguien como yo y lo quieres más que nada en el mundo, la vida es maravillosa… sí sí.
Una vez más el loco se quedó mudo, por la frialdad del chico, porque no se esperaba nada parecido o por mera costumbre… finalmente soltó:
- Tu mamá es muy sabia, sabes?
- Muy qué!!??
- Muy lista!
- Ya lo sé! Y hace unas galletas de chocolate muy ricas…
- No lo dudo Jordán… y una metáfora?
- UNA QUÉ???!!!
- Disculpa, lo siento. No sabrás aun lo que es un metáfora verdad, lo de que es :” Tropo que consiste en trasladar el sentido recto de las voces a otro figurado, en virtud de una comparación tácita…” no verdad?
- Usted está loco?
- Sí me temo que sí… por?
- Jajaj, eres gracioso!
- Sí, mogollón! Creo que es hora de que vuelvas a jugar con tus amiguetes…
- Vale señor loco. Adios.
- Adiós Jordán. Cuídate.


Colaboró: un niño de siete años que supo ser más claro que nadie, simple, directo. Un niño que lo sabe sin querer. Jordán. Será un grande! Confíen en mí!