Diosa.
Cuando la vi
pasar frente a mis ojos,
con la orla de su cintura
esbozando su excelsa belleza,
entumecí,
era un espíritu celestial,
de mujer suprema,
cubierta de piel canela,
desbordando encanto,
atrayendo insulsos
a sus pies devotos,
arrastrando endebles,
pordioseros de amor,
mendigos,
por un beso de sus labios,
por un ligero acariciar
de sus benditas manos,
sacrosanta,
diosa del deseo y el amor,
pasmosa efigie de mujer,
me enamoró,
me dominó,
me amordazó,
postrado a ella,
besando el polvo de sus huellas,
sigo mi condena con valor,
soy su esclavo,
al menos
su esclavo puedo ser. |