ENERO
Querido diario:
Hola, hace mucho tiempo que no te escribo, ya que no tenía nada importante que contar hasta hoy. Esta mañana, he decidido finalmente que hacer con mi vida. Voy a ser escritor. Sí señor, de hoy en adelante las letras serán mi vida. Me levanté temprano, tipo doce y media, y decidí hacer una lista de los requisitos más importante que debe tener un escritor. Tome una hoja de cuaderno y comencé a escribir:
Entonces sentí una suerte de influjo, algo así como si un manto de electricidad me tomara por las piernas y me levantara desde mi asiento, y escribí:
1.- La mujer del cesar debe serlo, pero también parecerlo.
Con admiración fui sorprendido por mi propia verdad.
¿Cómo voy a ser escritor sin parecer escritor?
Prendí mi computador y comencé a guglear en imágenes. Anoté: escritores.
Apareció una página web que decía treinta y nueve escritores latinoamericanos y había un collage con las fotografías, entonces, aprovechando el momento de lucidez que me acompañaba, inicié una suerte de patrón común y el resultado fue el siguiente:
a) La mayoría tiene cara de imbécil. Lo encontré raro, pero era verdad, no había duda. Por si las moscas fui a verme en el espejo y llegué a la conclusión que con la cara que tenía iba a ser difícil pasar por escritor, a menos que hiciera alguna mueca estúpida. Entonces ensayé tres muecas, pero ninguna me dejó satisfecho por completo.
b) La mayoría usa barba o no se afeita todos los días. Eso era innato en mí, nunca me gustó afeitarme, lo que comprobaba que la decisión de ser escritor, se venía desarrollando como una crisálida en mi interior, hasta que explotó, pero la medida estaba tomada desde mucho antes, aún sin saberlo.
c) La mayoría tiene anteojos. Deduje que era porque leían compulsivamente. Y ahí me desanimé un poco, por que si hay algo que me aburre en la vida es leer. No soporto leer. Recordé entonces que existe Internet, donde está lleno de resúmenes de libros. Por lo tanto en este camino de dedicar mi vida a la tinta y al papel, debo sacrificarme un poco y buscar resúmenes de los libros de moda.
d) Compras:
Un par de anteojos. Sin lentes. Para no perder la vista. Total, yo no necesito anteojos.
Una boina de color negro. Más que nada es por un tema de actitud: hay que creerse el cuento de la onda medio revolucionaria y esas pomadas.
Una pipa de madera, un encendedor y tabaco. Más que nada por un tema de concentración. Cuando se fuma se piensa. Mientras más se fuma, más se piensa.
Polera con algún mensaje rudo, tipo: Hoy me culíe a tu mujer o la tengo enrollada a la cintura. Para demostrar mí repudio a la sociedad actual.
Chaqueta de cótele. Debo reconocer que me gustan esas chaquetas, aparte que Cristian Warken las ocupa bastante seguido y es el único modelo cercano que recuerdo.
Zapatos negros. Digo para no llamar la atención.
El manifiesto comunista debajo del brazo. Todo escritor debe ser contestário y marxista. Por que no hay escritores de derecha. Y a los escritores no nos gustan las medias tintas. (Nótese que ya estoy hablando como escritor)
Pantalones cafés, un poco raídos por los años. No recuerdo si tengo un par así, Entonces se me ocurrió la idea de colgar unos del parachoques del auto de mi mamá sin que se de cuenta. Así cuando vuelva voy a tener unos pantalones de escritor perfectos.
FEBRERO:
Querido diario:
Luego de comprar los insumos necesario, decidí probarme a mí mismo que tan escritor podía ser. Fui al centro de santiago vestido con mi atuendo. Mi madre antes de salir me preguntó dónde era la fiesta. No le quise contestar a esta pobre viuda, que no tiene nada que hacer en la vida más que regañar a su hijo por no levantarse en la mañanas o por qué no hace con su vida lo que ella haría. Lamentablemente no sabe que mi destino ya está escrito.
Salí en busca de librerías, pero la verdad nunca había estado en una, más que la del Parque Arauco. Salí del metro de la plaza de Armas y prendí mi pipa. El libro lo puse en la mano y comencé una suerte de movimiento, hacia delante y atrás, muy de escritor, por lo demás. Mientras detenía la mirada hacia el firmamento y proseguía mi pasaos. Luego me volvía a detener y hacía como que leía el manifiesto comunista. Luego miraba de reojo a la gente para saber su reacción y continuaba. Debo reconocer que el calor me tenía enfermo y transpirado. Compré una botella de agua mineral para evitar toser las amígdalas por el exceso de tabaco y la sed, me senté en un contorno de la plaza de armas, hasta que recibí un insulto de proporciones. Un imbécil con un libro en la mano comenzó a hablarme sobre los comunistas, que ramos blasfemos y que nunca encontraríamos la felicidad. Entonces me levanté y lo encaré. Mire señor, cuide su vocabulario de derechista infame, no le voy a permitir hablar así de mis paisanos escritores, por lo tanto le solicito que se retracte inmediatamente.
Un hombre sucio, vestido con ropas desgastadas y con un fuerte olor a vinagre me aplaudió. Me acerqué raudamente a él y lo abracé, el continuó aplaudiendo, entonces, tomé una hoja del libro, la arranqué y le di mi autógrafo (uno nunca sabe cuando te haces conocido, en un mundo en que las comunicaciones corren). El hombre del libro seguía callado, pegado como una estaca en el suelo. Una señora me solicitó que me callara. Pero la interrumpí en el acto. Señora, no se meta en lo que no le incumbe y luego le volví a pedir explicaciones al hombre del libro. Hermano, no quiero hacer una trifulca a de esto pero cada cual es libre para pensar….. entonces avancé sobre él y lo golpeé en el rostro. Ahí la gente comenzó a murmurar, el hombre sucio, se paró y me volvió a aplaudir. Entonces dado el éxito que tuve, empecé a golpear al hombre del libro con fuertes puntapiés en las costillas, en el rostro y mientras más me aplaudía mi admirador, más golpeaba yo.
MARZO
Querido Diario:
Esta mañana, he decidido finalmente que hacer con mi vida. Luego de pasar dos días en la comisaría, cuatro en el hospital, (vale recordar que el hombre del libro tenía bastantes más admiradores que yo) y después de recibir lo más violentos improperio que un hijo es capaz de soportar de su madre, he concluido que lo mejor es ser Carabinero. Sí señor, de hoy en adelante la patria y el orden serán mi vida. Por ello decidí hacer una lista de los requisitos más importante que debe tener un Policía. Tome una hoja de cuaderno y comencé a escribir.
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