GLADISS
Ya casi sin gasolina, con las dos manos en el volante y con la lluvia golpeando mi cristal, sigo mi rumbo hacia la casa de mis padres. La oscuridad de la noche se va haciendo presente a cada segundo y la lluvia se torna cada vez más fuerte; en ese instante pudo ver a cierta distancia un espectacular, aún con la lluvia opacándolo, el cual alcanzo a ver que dice: HOTEL PACIFIC, SU HOTEL DE CONFIANZA.
Una vez que estacioné mi jeep, voy a la recepción donde me atiende un hombre algo canoso, delgado y por supuesto, bien afeitado; me entrega la llave la cual pertenece al cuarto #48. Al poco rato, después de darme una ducha, bajé a la sala de estar y me pretendía ordenar algo de cenar, cuando en ese momento veo pasar frente a mi a una de las mujeres más hermosas que haya visto, elegante, rubia y con una figura escultural; si, es muy preciosa, pero yo soy muy exigente. Eso fue todo por ese día, después me dedique a dormir.
En la mañana bajé de nuevo a desayunar y fue cuando la volví a ver, estaba sentada en el lugar que abandoné la noche anterior; entonces tuve que desayunar en otra mesa, unos minutos después se acercó y se sentó a mi lado; yo la observé y no dije nada, sujeté mi copa y seguí bebiendo; me dijo: ¿cuál es tu nombre?, a lo que contesté secamente Octavio, y entonces continuó: yo me llamo Gladiss, yo era como tú, creía que todos eran poco para mí, desprecié a muchos muchachos y terminé quedando sola y tal vez no me creas, pero jamás tuve la dicha de dar un beso. Después de eso solo se alejó; pensaba irme ese día, pero aquellas palabras de esa joven me hicieron pensar y no dormir en toda la noche, y es que cuanta razón tenía, yo tampoco, por mi ego, he besado.
Al siguiente día, muy temprano bajé a la sala de estar con la esperanza de volverla a ver, pero fue en vano, ella noestaba, pregunté, pero nadie sabía nada. Al no saber que hacer, salí del hotel y subí a mi jeep; me propuse salir y ya no pensar más en aquella chica.
Cuando estaba por encender el auto, escuché un sonido en la puerta lateral, volteé y bajé el vidrio y entonces mi rostro se iluminó cuando la vi diciendo: Hola. La invité a subir y me pidió que la llevara a su casa, yo accedí y emprendimos el viaje. La distancia no era larga, pero el camino se me izo aún más corto porque no quería que se bajara; cuando llegamos ella tardó en bajar y dijo: Aquí vivo, señalando una casa, y continuó: Ya me tengo que ir; yo no supe que decir, entonces ella siguió diciendo: mañana cumplo años, pero tal vez no te vea. Yo no comprendí las palabras de la bella Gladiss, después un silencio se manifestó al instante y unas miradas se seguían cruzando, cuando un suspiro irrumpió el silencio y nuestros rostros se acercaron, se aproximaban más y más, a cada segundo, a cada latido; sentí sus labios junto a los míos y parecía un beso de cuento de hadas; era delicioso, mágico…
…El encanto terminó porque Gladiss separó sus labios y dejo: Gracias; después se alejó y yo aún saboreando aquel tierno beso decidí alejarme.
No sabía a donde ir así que regrese al hotel; ya en la noche, de nuevo el insomnio, pero ahora pensaba muchas más cosas ¿la volveré a ver?, ¿le habrá gustado el beso? , pero lo más importante ¿Qué le voy regalar por su cumpleaños?. Al día siguiente, muy temprano, corrí a la joyería más cercana y compré un collar de finas perlas azules y sin pensar más conduje hasta su casa. Ahora el camino se me hacía eterno, no veía el momento de verla y solo pensaba en ella.
Al fin se terminó el largo recorrido y llegué a su casa, toqué varias veces, pero nadie salía, al poco rato abrió la puerta una mujer de edad mayor, preguntó: ¿Qué se le ofrece joven?, a lo que contesté impaciente: vengo a ver a Gladiss; la señora, con un gesto de incomprensión me dijo: ¿Disculpe?, yo rectifiqué, Lo que escuchó señora, no se encontrará Gladiss; la señora seguía atónita, callada; levantó la cara y me dijo como con un tono de sorprendida o de enojo o quizá ambas: Acaso está bromeando, No señora, ella me dijo que aquí vivía, conteste; y ella prosiguió: No joven, no comprende, Gladiss era mi hija, pero exactamente hoy, cumple cinco años de haber muerto…
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