Ven cariño, ven y seca las lágrimas que te lloro, que se caen sin tristeza, se caen de alegría, se caen de emoción. Ven y convénceme de que así eres tú, honesto, puro y hermoso. Ven y sujeta mi corazón que se destroza por tu ausencia… si tan sólo estuvieses un poco más cerca…
Qué no daría, dulce amor mío, porque vinieras a acompañar mi soledad, qué no daría por ser capaz de hacerte feliz, más feliz que nadie. Por mirarte a los ojos, por disfrutar tu sonrisa, escuchar tu respiración… cuánto te quiero, dulce amor mío, si supieses cuánto te quiero… ni yo misma lo sé.
Vengas o no, nada cambia, me secaré mis lágrimas incrédulas que han salido a ver tu foto, sujetaré mi corazón con mi esqueleto entumecido, amaré cada parte de tu alma que tengo el placer de haber conocido, y amaré cada parte de tu rostro, y todo lo que me traiga tu recuerdo.
Pero ven corazón tierno, que te quiero cuidar, con mis propios brazos, para asegurarme de dos cosas; de que serás feliz, y de que eres real.
Es egoísta pensar cómo sería si estuvieras conmigo… yo sería feliz, como nadie en el mundo muy probablemente, mas no creo poder darte la felicidad que mereces… inmensurable.
Corazón, por una caricia tuya daría la mitad de mi vida, y si me ofreces un beso, muero.