Mis ideas en la calle, luego en la casa, en la pintura, en la pared. Ideas en la casa del vecino, en la tuya, en la de ellos.
Verde Humo con ideas, jalando corriente, subiendo al segundo piso...matando a la muerte.
Abren la refri, llena de sobras de literatura encarcelada, envueltas desde la noche anterior. Se recalientan, se condimentan, se sirven para ser devoradas, como la araña al zancudo, como el zancudo chupa sangre.
Ideas, ideas sin principios, sin fondo, sin tamaño y sin color. Celosias cerradas en pleno medio día, el ventilador sin baterías manualmente utilizado, luego de estar 3 minutos en pedazos, desde que entraron por la puerta de atrás y le pasaron por encima...sin culpa
Cuantas veces se pueden tener las mismas ideas? mientras me limito a estar sentada en un espacio no más grande que una jaula de pajaritos de amor, recorro estas ideas, y el deseo tan grande de llegar y comer comida de mamá, jugar con el perro, cantar como si estuviera en la luna completamente sola, sin nadie que juzgue mi desafinada voz. Reír, escuchar y comentar...aunque de nada sirva, aunque no cambie nada.
Ideas mías que nadie me las quita (mentira), historias llenas de personajes reales de esta vida anónima, discreta pero hipócrita, que me roba estas ideas cuando me rindo al sueño, cuando me suena el estómago de hambre.
Ideas que no se encuentran luego de ser perdidas, que no se resucitan a los 3 días de muertas. Ideas que trae la dichosa melancolía, lentas pero seguras, grandes pero invisibles. Simplemente ideas.