"Espero poder confiártelo todo (...) y espero que seas para mí un gran apoyo" Ana Frank
Hace pocos, pero largos años, leí por primera vez el libro que cambiaría mi perspectiva de diarios para siempre. Antes pensaba que todo se trataba de un juego, que consistía en que las chicas de la escuela se intercambian libritos llenos de colores y formas que contenían unas 50 hojitas limpias, delgadas y perfumadas que esperaban con ansias aquellas letras (vagas letras) que garabatiaban comentarios de aprecio y buenos deseos.
Que ingenua! luego de esperar todo un día, aveces hasta 2 ó 3, para el gran momento de que se me fuera devuelto tan preciado registro de amistades sin descubrir, me daba cuenta que cada una de las pequeñas y rosadas hojitas habían sido maltratadas injustamente por una (o hasta un) tal por cual que años después, ya en el colegio, iba hacer de cuenta y caso que yo era una pobre loca la cual merecía no más que ser ignorada (Si! por rara! sí por marihuana!)...
Bueno, ya eso de entrar a historias más profundas no tiene ningún sentido, al fin y al cabo terminé siendo cabeza principal de proyectos que siendo completamente desconocidos por sus estúpidas cabezas consumistas, fueron los que arrimaron esos puntos faltantes e imposibles de conseguir por ellos mismos.
Volviendo a los diarios, en algún momento perdido en esos años de aprendizaje, fuí descubriendo que los pensamientos son muy importantes para el "ser racional" y por qué no?, para el de "locomotora" (para mí, buena forma de llamar a la locura personal, no dañina por supuesto). Cada día me convecía más y más de que la única forma de poder expresar el exceso de palabras, formas, colores, sentimientos, deseos, y en general la gran imaginación que se apoderaba de mi joven cabeza, sería por medio de negras líneas curvas (poco legíbles) e ilustraciones pálidas y bastante entretenidas, que cada vez que volvía al capítulo anterior a propósito, me sacaba una sonrisa de media cara y decía algo así como: la locomotora se descochero!!!!
Esto fue solo una introducción ( de esas que tanto me gustan), lo que de verdad quería expresar sin ningún tipo de limitante es el gran aprecio que le tengo a Ana Frank, inmortal personaje de una historia triste y violenta, conmovedora y muy familiar, al menos para mí (en el sentido personal). Cada pensamiento, cada descripción de lo que estaba pasando en aquella época (1942, aproximadamente) captaron mi atención mientras recorrí con la mirada cada letra que me transportaba a su escondite secreto, el que la salvaría a ella y su familia de una gran tortura, al menos por un tiempo...
Más que un simple juego de letras ajenas, un diario es un rompecabezas. Si se quiere decifrar el código secreto de la vida, basta con desnudar el alma a este gran confidente. No fallarle a nuestro propio ser, y continuar el muy buen hábito por años sería la cura a muchos trastornos mentales que aunque poco reversibles, sacan buenas sonrisas de satisfacción. Sí!! de esas mismas, ese supiro que llevamos atravesado desde el primer día que nos encontramos a solas con la voz interna, que para ser sincera a mí me vuelve un poco anormal (palabra de relleno)... Démole una oportunidad a esa pobre búrbuja de salir al ver el mundo, que aunque un poco retorcido, es exageradamente fascinante.
Eooooooo pa los diarios!!! |