Roberto se apeo de la cama con la angustiosa conviccion de ser un estupido.

Mas que angustia por haberse quedado dormido, sentia una creciente rabia hacia si mismo. Penso en todo lo que aun debia hacer: seleccionar ropa, armar las valijas, preparar sus documentos, y lo habia todo dejado para ultimo momento... y el "ultimo momento" se lo habia pasado dormido como un bendito.

Despues de revolver todas sus pertenencias en un penoso intento por acomodar algo, decidio calmarse tomando una ducha rapida; mientras el agua reconfortantemente caliente bajaba por su cabeza, empezo a serenarse y a pensar mas calmamente, despues de todo, el mundo no se hiba a terminar por que se hubiese quedado dormido sin haber hecho los preparativos para su viaje. Todavia tenia una hora para abordar el avion, y calculando el trafico desde su estancia hasta el aeropuerto en diez minutos se encontraria esperando su avion, feliz de irse por fin, despues de un año agotador. Termino de ducharse y salio del cuarto de baño con inusitada felicidad, y mientras se vesttia, sonriendo se detuvo a mirar los montones de ropa que estaban encima de su cama y decidio que compraria ropa nueva, claro que si, se iria con lo puesto, al diablo hacer las maletas!, compraria lo que le diera la gana.

Salio a la calle casi corriendo pero sin perder su estado de animo. El dia estaba bastante bien para ser un dia de noviembre, al menos, la temperatura estaba sobre cero, aunque solo fueran seis grados. Se reconforto pensando en los dias que le aguardaban cerca de una playa, y volvio a sonreir.

Subio apresurado a un taxi, le indico su destino y se dedico a frotar sus manos para hacerlas entrar en calor, el chofer empezo a hablar acerca del frio, Roberto cortezmente empezo a hablarle de sus vacaciones; hablaban sin la obligacion de escuchar ni de evaluar lo que se decian, solo hablaban respetando los tiempos de cada uno para emitir un sonido que el otro dejaba en la referencia fonetica mientras desgranaba pensamientos sobre sus propias cosas.

El viaje, como lo habia previsto fue bastante rapido y sin sobresaltos, Roberto se bajo del taxi y se adentro en la terminal del aeropuerto, checo su reloj, aun le quedaba tiempo de comprar algo para entretenerse durante el viaje; busco y checo su boleto asegurandose de que estuviera en su lugar, se acomodo el nudo de la corbata como gesto de seguridad reafirmada, y empezo a caminar hacia los vendedores, a mitad de camino decidio comprar un libro y sin apuros se dirijio hacia el estand de libros.

A menos de un metro del estand al que se dirigia, sorpresivamente una mujer de gabardina cafe, pelo negro lacio y descuidado y con un rostro de apariencia cansada, lo tomo por el brazo en una actitud casi suplicante. Roberto apenas le miro lo suficiente y le extendio un billete extraido al azar de su bolsillo
- Es de $50 - respondio la mujer sin siquiera ver el billete
El volvio a checar la hora y se percato de que aun le quedaban algo mas de treinta minutos para abordar su vuelo. Entonces recordo lo que le habia dicho la mujer acerca del billete y se percato de que la mujer no habia aceptado el billete que el le habia puesto en la mano, se percato tambien de que ella seguia prendida a su brazo y, con expresion de angustia ella le susurro con voz tremula, casi con temor.

-Ha ocurrido la misma situacion una y otra vez durante los ultimos diez dias. Todas las veces, me acerco a usted, saca un billete del bolsillo izquierdo de su abrigo, siempre el mismo billete, y me extiende la mano para que lo tome y me aleje. Yo, vuelvo a decirle entonces, como los ultimos dias, que no le pido limosna, que lo unico que quiero saber es porque el tiempo se ha detenido aqui, en este dia, en esta fecha, en esta hora.
-Disculpe, pero estoy un poco apresurado, dijo Roberto extrañado mientras intentaba comprender lo que le habia dicho aquella peculiar mujer.
-Lo se, en menos de veinticinco minutos sale su vuelo
Y viendo que el se alejaba con una expresion pensante, le grito:
-Roberto, vuelva, por favor!

Roberto seguia preguntandose acerca de como la mujer sabia que su vuelo salia en veinticinco minutos cuando escucho su nombre, dio un giro buscando a la persona que lo habia llamado, ni siquiera noto a la mujer a la que le habia intentado dar limosna, miro en derredor y no vio a nadie conocido, giro de nuevo disponiendose a reanudar su marcha, y cuando empezo a avanzar, la mujer volvio a llamarlo por su nombre, pero esta vez, lo tomo del brazo como al principio.
-Que es lo que desea? Como sabe mi nombre? -pregunto el un tanto irritado y un tanto asombrado.
-Ya se lo he dicho, hace diez dias, y todos los dias que han seguido a ese, siempre ocurre lo mismo, usted llega en un taxi, checa la hora a las 7:30, se arregla la corbata y se dirije a comprar un libro, entonces yo lo intercepto para advertirle de lo que sucedera, entonces usted me da una limosna, siempre un billete de $50, entonces yo le aclaro que no estoy aqui por eso, entonces usted luego de resistirse me escucha hasta el final, pero igualmente que los dias anteriores, aborda su avion, y... vuelve a morir todos los dias a la misma hora. Y al dia siguiente, lo mismo una y otra vez, sin que yo sepa hasta cuando se repetira este dia.
-Disculpeme pero no la entiendo- dijo el ya casi con un sentimiento de compasion hacia la evidente demencia de la mujer

Al verla mas detenidamente le dio mas pena aun, al notar que era una mujer joven, algo delgada para su gusto y demasiado palida, y omitiendo su cabello desarreglado, no le resultaba una mujer desagradable.

La miro fijamente, su irritacion habia cedido ante su compasion y le pidio gentilmente que lo dejara ir.
-Esta bien, haremos lo siguiente, digame su nombre y lo repetire sin cesar hasta el cansancio, lo memorizare y lo dire, digamos hasta el momento de morir, y entonces, mañana, si vuelve a suceder esto, supongo que me acordare de el como usted se acuerda del mio, le parece bien?

Ahora era la mujer la que lo miraba con lastima y con dolor, un dolor infinito que no tenia medicion en su propia escala de
dolor, entonces suspiro y le susurro:
-Taua, asi me llamo... pero lo importante no es que recuerde mi nombre, sino que mañana al despertar, recuerde que va a morir si aborda ese avion.
-Muy bien Taua, le aseguro que en mi agonia, recordare que mañana volvere a morir, asi que cuando volvamos a encontrarnos, estoy seguro de que le prestare mas atencion -dijo esto mientras trataba de contener una sonrisa que contrastaba con la expresion angustiada de la mujer.

Taua vio como se alejaba el, sonrio con lastima. Iba a quedarse ahi, ora vez, mientras veia como el avion despues de avanzar un tramo extenso de la pista, y sin elevarse, comenzaba a incendiarse sin que los que brindaban auxilio lograran rescatar a un solo pasajero. Entonces despues se iria caminando hacia su taller de costura, dejaria que pasara la tarde como los dias anteriores, repetiria exactamente el dia, escucharia la radio durante su trabajo de costura, escucharia sobre el accidente de la mañana, de sobre como no habia podido salvarse ningun pasajero. Recordaria a Roberto, y se atormentaria durante toda la noche preguntandose que motivos o razones tenia el destino para que el tiempo se detuviera en un dia, porque ese dia se hacia perpetuo para ella y para el resto del mundo, con la unica diferencia de que el resto del mundo no tenia conciencia de la repeticion exacta de sucesos y lo vivia una y otra vez sin inmutarse, en cambio ella, recordaba cada detalle de cada dia, aun con las mas ligeras variaciones que minimamente los diferenciaban.

Durante los tres primeros dias ho hubo variacion alguna en los acontecimientos predestinados, todo se repitio con una exactitud desesperante, que hacia creer que se repetiria asi por siempre. Al cuarto dia, hubo un rayo de esperanza de escapar de aquel infierno: el le dijo su nombre, por lo tanto algo habia cambiado y por ende podria cambiar las reiteraciones diarias, no se encontraba totalmente convencida de que pudieran cambiar todos los acontecimientos, pero se sintio
reconfortada y menos pesimista al llegar el dia siguiente. Al quinto dia el le habia sonreido al pasar, como si la reconociera, pero tristemente despues se dio cuenta de que el sonreia por algun pensamiento ajeno a ella.

Asi, repitiendose en sucesion, pasaron los dias hasta llegar al octavo, el dia en el cual el respondio con un poco mas de atencion sobre lo que ella le decia:
-Asi que entonces yo subo al avion todos los dias?
-Todos los dias... si, todos los dias corre tras el avion, lo alcanza
-Tranquila mujer, no se angustie por mi, no llore por mi. Despues de todo, su vida no se modificara en absoluto con mi muerte, siempre he tenido la certeza de que solo sufrimos por aquellos seres que al morir nos cambian en algun aspecto el futuro, hay cosas que no pasan de ser lo que aparentan, tomamos esas experiencias y nos las guardamos para crecer; no llore por lo que le sera enteramente ajeno.
-Nada me es ajeno- dijo ella susurrando con la voz entrecortada -nada de lo que le ocurra a usted o a otros seres. El dolor y desesperacion del mundo me agobia porque puedo verlo antes, y por mas que lo intento no puedo modificar lo que ya se; usted no tiene idea de lo desgarrador que es saber lo que va a pasar y no poder hacer nada para remediarlo!; veo todo como una premonicion o una certeza inmediata, lo vislumbro con la fecha y hora exactas, con imagenes enteras sobre las personas que pasaran por esto, no logro explicarme por que aparentemente soy la unica persona que se da cuenta de esto, pero he notado que las personas hacen acciones ligeramente diferentes a las iniciales, tal vez por el campo de eleccion que poseemos, pero tambien tristemente me he dado cuenta de que todas las infinitas acciones y opciones posibles siempre conduciran a lo mismo.

Roberto sonrio y le contesto:
-Determinismo puro Taua, simple y llano determinismo, nada puede ser cambiado diametralmente, nada puede invertirse 180º; puede haber variaciones que parescan trascendentales, variaciones aparentemente gigantescas, pero eso solo es un espejismo, una ficcion para la ley elemental del universo, lo que a nosotros nos parece de dimensiones inconmesurables, es apenas una imperceptible variacion arbitraria de lo mismo, que como usted dice, siempre conducira a su fin preplanteado.
-Pero por alguna razon se repire este dia!, tal vez hay algo que deba hacer, tal vez este en mi poder cambiar los resultados del dia, o descubrir cual es el significado de esta paradoja!.
-Nada va a cambiar, lamentablemente asi es, no crea que Dios o quien fuere, va a cambiar su esquema por alguna plegaria o un ruego de algo tan insignificante como nosotros. Mejor olvidese de esto, viva, y no deje que sus visiones y premoniciones la atormenten, no quiera descubrir nada de aquello que, desde etapas primordiales, nos ha sido vedado para hacernos la vida menos tragica... oh mire la hora que es, faltan menos de diez minutos para que aborde mi avion, recuerde, deje de preocuparse por cosas que no cambiaran.

Ese dia, el octavo, de haberse prolongado la conversacion, Roberto hubiera perdido el vuelo. Y eso era lo que ella se proponia lograr, porque segun calculaba, habia un error en el universo que el mismo universo estaba tratando de reparar. Por alguna razon que no alcanzaba ni alcanzaria a comprender, alguien o algo queria reparar lo que era un error en un trozo del tiempo, lo que habia causado su permanente estancia en esa fecha. No sabia cual era el error, aun no alcanzaba a comprender ese mistero, empezaba a preguntarse si en verdad existia algun error, empezaba a pensar que tal vez, las cosas debian ser como eran, el ciclo imperecedero de un dia como un infierno propio al que estaba condenada...