La realidad me confunde,o yo la confundo a ella...según se mire,se vea,o se quiera interpretar.
Hace unos días me dí cuenta,de manera irreversible,de que lo que provocamos es también el provocar de otros.;véase cualquier estado de ánimo habido y por haber en esta raza de paradojas siempre alerta.
La puerta de mi bar se abre cada mañana para cualquier personaje o personaja que quiera y desee hacer su día un poco más peculiar;un simple café es capaz de teletrasportarnos al espacio de un sorbo...o de dos,por defecto.Simplemente con un gesto tuyo,soy capaz de adivinar qué te preocupa,si dormiste bien o mal,si tuviste sexo,si tu trabajo te gusta o lo odias con toda tu alma,si tu matrimonio es una farsa por que crees que eres un gay reprimido...en fin,casi todo lo que uno piensa que esconde,se me aparece transparente y claro con una ligero movimiento de muñeca.
La realidad,entonces,se me antoja hecha de retales,de momentos de otros que puedo vivir sin necesidad de hacerlo,hasta el punto de involucrarme en su alma y llevarme un regalito a veces despreciable,pocas veces grato y sincero.
Todo lo que me propongo antes de llegar es vencer mi capacidad de absorber lo que no merezco,lo que no necesito....pero a duras penas me siento valiente para intentarlo de verdad.
Es posible que de muchas historias que retengo en mi alma de mochila sean una causa digna de sentarse en mi trono de humilde espectadora,restandole méritos y sacándole beneficios para mi mejora personal..me dejo llevar por el mal uso de la condición humana y reniego de mi prójimo casi a diario.He caido en una especie de vorágine antisocial que me asusta horrores....temo quedarme sola frente al espejo de Alicia buscando al conejito que me saque de aqui.