Un hombre despierta despues de una larga pesadilla, se encuentra todavia entre el mundo de los sueños y el mundo real; empieza a intentar recordar que fue lo que lo desperto tan agitadamente pero no logra rememorar lo que sucedio en su subconciente... solo una idea se encuentra prendida en su cabeza: me reunire pronto con Eunice.
Se levanta del viejo y derruido sofa, se dirije hacia su baño y se mira en el despostillado y opacado espejo, el reflejo le ofrece una lastimera vision de lo que es su persona, lo unico que el nota es que en el reflejo no se encuentra una sonrisa; empieza a prepararse para empezar su dia, su mente empieza a divagar acerca de lo que hara hasta que llegue la hora de dormir nuevamente... entonces recuerda que hoy es el dia en que se reunira con Eunice, su amada, su mente esta feliz al saber que vera a la persona que mas ama.
Ella lo ha cuidado estos años. El hombre termina de arreglarse y se sienta en el viejo sofa, saca de su cartera una foto vieja que se ha ido desgastando, la mantiene entre sus dedos y empieza a evocar los dias en que se encontraba con ella.
La he extrañado tanto... la amo demasiado.
Una rosa basta para decir te quiero,
una rosa basta para decir adios.
Las lagrimas que corren por tu ausencia
nadie las detendra.
El hombre no ha contestado las llamadas de sus familiares, especialmente de su hija. Ella esta preocupada por el hecho de no haber visto a su padre en meses.
Asi que el hombre se levanta y sale a caminar. Mira al cielo y espera con ansias su reunion con aquella persona que ha amado tanto. Se para cerca de una casa, deja una nota y se va. Es para su hija. En esa nota solo se encuentran las palabras te quiero escritas en una caligrafia apretada y convulsa, pero el sabe que con esas palabras le dice a su hija que la quiere demasiado, la quiere con el amor puro y desinteresado de un padre, que le desea todas las bendiciones que necesite con toda el alma... pero necesita ver a su madre, la persona que tanto ama. El se retira abismado en sus propios pensamientos, mientras, un soplo de viento calido hace que la nota vuele y se pierda entre las calles del pueblo.
A pocas calles de llegar a su hogar, una pequeña niña se acerca al hombre y sin motivo alguno le regala una rosa roja. El hombre la acepta y la pequeña se va. Se queda paralizado. Solo observa esa rosa que la niña le dio y al voltear para ver de nuevo a la pequeña, ella se habia esfumado en el aire soporifero de la tarde.
El hombre regresa a su casa con el corazon destrozado por la melancolia; empieza a dar los toques finales a los preparativos para el viaje en el que vera a su Eunice: su corbata favorita, la que ella le regalo, cuelga del techo esperandolo...
Una rosa basta para decir te quiero,
una rosa basta para decir adios.
Las lagrimas que corren por tu ausencia
nadie las detendra.
En una casa alguien toca la puerta principal, una joven abre y ve a su padre, quien le regala una rosa y le pide perdon por su ausencia. La joven sonrie mientras cabizbaja observa la rosa, despues alza la mirada y sus ojos se topan con la figura de una pequeña niña que le devuelve la sonrisa... |