Tengo una amiga algo depresiva y tristona ,
a su modo es una viajera
o debo decir conversadora ,
no le gusta ser llamada artista ;
muy sensible la niña .
El otro día hice como que caminaba
con ella por las calles de su San Juan .
Me llevaba a la catedral ,
durante el atardecer de un Domingo;
con su mano alzada me mostraba
la glorieta de la iglesia que navegaba lenta
entre los arreboles del cielo .
Amiga , cuando vayas a la iglesia ,
mira para arriba y recuerda que un día
estuve a tu lado .
Acuérdate también ,
del día en que escuché tu voz .
acuérdate ,
has un esfuerzo ,
recuerda y has como esa vez ;
susurra , susúrrame ,
háblame bajito nuevamente
que me gusta ,
hazlo ahora al leer estas letras ,
no importa que la gente te vea hablando sola ,
dale nomás que los demás no importan ,
te aseguro que donde yo esté
estaré escuchando .
Charlaremos bajito ,
te haré preguntas super íntimas ,
o qué estabas pensando en esa foto de infancia ,
o cuál es la razón de tu inocencia .
Mi amiga ,
nunca me dijiste
por qué te hacías llamar verdura .
Olvidémonos de lo que está demás .
Ya no puedo asomarme a tu ventana ,
tú sabes ;
mi cabeza está tan apretada de cosas
y el corazón inquieto por los microbios del alma .
Cuando vuelva a asomarme
no me digas que yo te preocupo ,
ni creas que he deseado en causarte dolor
o que me solazo con tu angustia ,
a tanto no llega mi morbo .
Estamos tan lejos el uno del otro ,
no te olvides de aquellos momentos ,
se que somos fantasmas en este cuento
y que tenemos estilos diferentes ,
pero qué se le va a hacer ,
tal vez sea mejor así ,
la cuestión es
que nos encontramos un día .
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