Me acompañó esa noche a la playa, lo necesitaba, necesitaba salir de este bucle que me atormenta y que me agota por momentos … sentir la fría brisa en mi cara, ese olor a sal, sentirme alejada del mundo, me reconfortaba, me sentía tranquila … apenas le prestaba atención, pero seguía allí, a mi lado, creo que él también estaba disfrutando de aquello…
Alquilamos una habitación para pasar la noche, ya era demasiado tarde para volver, y yo estaba demasiado cansada para conducir… era pequeña, pero suficiente para poder descansar. Me sorprendió que tuviese una pequeña terracita, la verdad es que me gustó tanto que no dudé en volver a salir al exterior para disfrutar de aquel clima tan lleno de paz y tranquilidad a esas horas de la madrugada. Él se quedó dentro.
Después de unos minutos, entré de nuevo en la habitación. Él estaba allí de pie en medio de la habitación, con las manos en los bolsillos, observándome. Yo sentía que mi mente estaba como ausente, no pensaba en nada, tan sólo estaba allí, acercándome a él… mi corazón latía acelerado, mi respiración se hacía cada vez más costosa, por un momento deseé que aquel sentimiento no desapareciese jamás, que esos escalofríos que estaba sintiendo, esa tensión en mi pecho,… por un momento deseé que perdurasen en la eternidad. Dejé de acercarme, a menos de un metro de él, me quedé quieta. Pero entonces, él acarició mi cara, se acercó a mí y besó mis labios. Jamás me habían besado de esa forma. Me sentía como en otro mundo, como en un sueño, realmente aquello no estaba sucediendo, por un momento aquel pensamiento me entristeció pero no dejé que aquello terminase así. Poco a poco fui desabotonando su camisa, sin dejar de sentir sus labios rozando los míos. A pocos centímetros de él, podía sentir su respiración, su calor, su pecho… deslizó sus manos hasta mi cintura y sin dejar de tocarme, recorrió el mismo camino hacía arriba, quitando mi camiseta muy despacio…cogí su mano y la puse en mi pecho, segundos después ambos sonreímos llenos de complicidad. Continuamos con lo que habíamos comenzado, sin dejar de mirarnos. Esta vez eran mis manos las que lentamente se deslizaban por su cuerpo, desnudando su torso, sintiendo aún más su calor… hicimos el amor de una forma tan apasionada que ni yo misma me podía haber imaginado jamás… Extasiados acabamos uno encima del otro, mirándonos, asimilando lo que acabábamos de experimentar, sintiendo todavía el ritmo de nuestras respiraciones, … me levanté, me puse su camisa y volví a salir a aquella terraza en busca de calma, pero me eché a llorar… antes de que mis lágrimas recorriesen mi rostro, lo sentí detrás mío, me abrazó.
-¿Qué ocurre?
- … no sé que estoy haciendo…
-Tranquila… tarde o temprano encontrarás ese sentimiento que tanto anhelas…
Me giré, lo miré
-¿Y si no es así?
Sonrío y me besó
-LO ENCONTRARÁS
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