Yo creo que Mauricio se mató.
Pero lo que creo no se lo puedo contar a nadie, porque “los nadie” no permiten dar tal deshonra al difunto y porque dado a mi reputación “atea” no da cabida a explicaciones metafísicas, por tanto no puedo contarles que el día anterior de encontrar a Mauricio, él se apareció en mis sueños y me dijo que era su opción habernos dejado.

1983
Mauricio llegó al mundo, como cualquier neonato solo sus padres lo encontraban hermoso, para el resto era demasiado flaco, era demasiado morado, era demasiado velludo.

1986
Mauricio fue a mi cumpleaños, era un chiquillo de rizos claros, con una vocecita melodiosa como canto de aves. Recordando nuestra niñez y tomando en cuenta valores que antes desconocía debo reconocer que tenía un corazón notablemente noble.

1991
Comenzó su fin, una serie de tumores invadieron su cabeza, comenzaron los exámenes, comenzaron las mandas a cuanta virgen cumplidora existiese.
- Señora Juana, pídale a Santa Rita, miré que es bien cumplidora, pero cúmplale sus promesas porque es más cobradora que las ánimas.
- No se equivoque, pídale a San Expedito que por tan solo algunas velas le cumple su milagrito.
El presupuesto familiar empezó a tambalearse tras las sucesivas operaciones, él no lo sabía.

2001
Con Mauricio ya no éramos amigos, dejo de serlo entre los juegos de patineta y la compra de mis primeras medias de color mostaza. Pero nos unía la niñez que compartimos y lazos sanguíneos del lado paterno. De vez en cuando visitaba a mi abuela, su cabeza siempre estaba rapada y usaba jockey para esconder la suma de cicatrices, para evadir las preguntas y dar las mismas respuestas. Cargaba la tristeza de la situación económica de su familia, de cómo el hecho de extender su vida comprometía los estudios de sus hermanos.
- Madre, ya no compres mas remedios, estoy cansado.
- Hijo, no te preocupes de eso me encargo yo.

2003
Otra vez de visita en casa de mi abuela, Mauricio no parecía sano, simplemente porque no lo estaba.
- De vez en cuando pierdo la noción del tiempo, salgo de mi casa, pero no se si volveré. Tengo verdaderos “corte de circuito” que me producen amnesias por algunos lapsos de tiempo, a medida que esto pasa son mas extensos.
Prosigue con hálito de angustia.
- No puedo trabajar y no puedo seguir estudiando. Querida tía, no hay vuelta atrás en mi vida, la esperanza solo es alimentada por mis padres que extienden mi vida a cambio de la deuda eterna – transcurren eternos segundos – Estoy cansado.

2004
Mi madre llegó a la casa con decenas de fotocopias que tenía el rostro de Mauricio y las características físicas de su persona y como andaba vestido.

Se busca
Mauricio Figueroa Bravo
Se extravió el día 03 de Febrero
Lugar: Playa Ritoque.

Ese día había ido con su hermano y una veintena de amigos a pasear por Ritoque, es una playa conformadas por una serie de dunas ubicadas en la ribera norte del río Aconcagua. Es una playa no apta para el baño, de olas grandes y sucesivas.
Él optó por alejarse del grupo, con una serie de excusas, habían dicho que no se lo permitieron, que lo cuidaron, pero aún así pudo escabullirse de las multitudes, pasar desapercibido, esconderse entre la naturaleza, quedar solo.
Regresaron a casa sin él. Pensaron que había vuelto, sin embargo no fue así. A medida que transcurrían los días se suponía lo peor, la búsqueda fue angustiante, la razón no podía soportar lo que el corazón intuía.

- Tal vez mi niño perdió la noción, tal vez dentro de esa pérdida de noción tuvo mucho calor y se metió al mar sin medir las consecuencias. Mi hijo tuvo un horrible accidente.
- Hay que esperar que el mar devuelva a nuestro niño.

Y fue así, tardo siete días, lo encontraron en la playa moradito y empapado tal cual había llegado al mundo – Fue un accidente -.

09 Febrero
Hay veces que la razón engaña y eso esta comprobado. Aún así uno confía que eso no ocurre y muchas veces se dejan de lado aquellas “no razones” que gritan por decir lo que realmente ocurrió.
Como nunca esa noche tuve un lindo sueño. Estaba en el barrio de mi niñez, cuando veo pasar a Mauricio corriendo junto a muchos niños, lo llamé desesperada, le dije como se le ocurría andar de noche jugando, que sus padres lo andaban buscando, que se iba a resfriar por andar mojado.
- ¿Por qué estas tan grande? – fue su respuesta
- No lo sé – Cuando me di cuenta que eso era cierto sentí mucha pena.
- Dile a mis papás que me quiero quedar aquí – Y salió corriendo junto a otros niños hasta perderse por los arbustos de la plaza.

En ese momento supe que Mauricio estaba muerto y es más estoy muy segura que no fue un accidente, ese “me quiero quedar aquí” me parece una de las cosas mas obvias de esta vida. Durante el transcurso del día siguiente recibimos la triste noticia.

Muchos aún no entienden tu partida, creen que fue un accidente, todo debe resultarles difícil en sus cabezas que además de la desgracia de tu enfermedad, todo ha terminado muy mal. Sin embargo yo veo las cosas de otra manera. Te veo triste frente a ese horizonte que sucesivamente golpeo las olas contra ti, una y otra vez, desgastando tu humanidad, acabándola día a día. Pero tú quisiste cambiar las cosas, aunque fuera tan solo una vez, pensaste que era necesario ir contra los problemas, aún sabiendo que sucumbirías tarde o temprano. Optaste entre un ahora o nunca y ese optar tan tuyo sé que en algún lugar que desconocemos fue nacer nuevamente.