Déjame ser tu mujer pañuelo, pensar de más no te sienta nada bien; poder rozar tu piel con mis dedos sin desenredarnos hasta el amanecer. No hay reglas en el juego del despecho es un momento que nos toca alguna vez, hazme saber todos tus deseos cierra los ojos y cuenta hasta tres.
Texto agregado el 09-12-2008, y leído por 169 visitantes. (2 votos)