Porque se cae donde se debe de estar subiendo, en el abismo de los reencuentros, abrumados por los pensamientos ajenos, tragando saliva al caminar observando la mirada de los demás, ¿Qué mas queda que la mirada del ciego en introspección?, a punto de encontrar el hilo negro de la supervivencia pasa el ángel del silencio regresando la voz al mudo, hipotéticas coherencias yacen al intento del saber.

“Dame la mano” dice aquel que trae el puñal a espaldas, el ciego con voz sigue sin escucharse a sí, el mudo con ojos sigue sin ver su reflejo, el sordo sigue tropezando por hablarle al sol. Cuando hacer el amor se reduce a una cama se cree que el dormitorio es el mundo, para borrar defectos se rompen espejos, tirado bajo la luna esta el niño durmiendo temblando más de miedo que de frío, la familia olvidada duerme bajo el corral, duro es el frío, fría y dura es la calle por la que se camina y en la esquina espera al que se quiera topar con el destino que daba la vuelta a la realidad, todo sin nada y nada con ‘eso’ es peor que ‘eso’ sin nada. Y sigue cayendo por donde se debe de subir….