En una noche de esas en que piensas; será solo una noche a más, donde pasara todo ya previsto, una noche que lo único que esperas es que se acabe pronto para ir a dormir, y deseas poder acostarte sabiendo que has sobrevivido y que aquella meta la habías cumplido.
Estoy en mi salsa, es mi casa la fiesta es nuestras, esperamos lo convidados, los amigos de los invitados, y alguno que otro desconocido.
No sabía explicar pero me sentía rara, tenía una inquietud, bueno pense; sera anciedad, por que nunca me imaginaria lo que me estaba a punto de pasar.
Entre una copa y otra, hablo con amigos e amigas, empiezo a divertirme, pero siempre en el pensamiento deseaba que la noche pasara pronto...empiezo a notar la bebida, ya me encuentro con mas ánimos, me veo suelta, capaz de tontear con unos chicos, nos reímos, charlamos, pero entre estos chicos estaba el, él que no me atreví a saludar, el que en verdad me intimido, aun que me gustaba no me atreví a acercarme...
Decido salir de cerca suyo, él en un gesto de osadía me llama y me pregunta; de donde viniste no te enseñaron a saludar la gente, aquello me hizo sentir más intimidada, pero su mirada me penetraba, era una especie de desafío ,era como una provocación cuando combinaba la mirada con aquella sonrisa, sentí como es el fuera un imán, por más que yo no quisiera me fue imposible evitarle, le conocí, le escuche, mientras me hablaba su olor me iba seduciendo, me miraba con deseo, no podía ser pero aquello me encantaba, me entregue a el, y él a mi...
Todo era perfecto, era encreible, eramos como el complemento uno del otro, nos entendíamos con la mirada, le veía tan mío...cada día estaba más a dentro de mi...era un hombre seductor, atraente, pero también había su lado niño que era unas de las cosas que más me encantaba en el.
Un día me dijo una frase que me sorprendió, dijo: Eres la clase de mujer que convierte los niños en hombre, y los hombres en niño...y por increíble que parezca era lo que yo pensaba de él, porque yo era una mujer en un cuerpo de niña, y con él podía ser las dos a la vez...el tiempo fue pasando, y cada día le quería mas, pero había un obstáculo, una mala jugada de la vida, el tiempo se pasaba, y lo que para mí no tenía importancia para el era un impedimento, el peso de nuestra diferencia de edad, el maldito tiempo, que en forma de 20 y pocos años, nos quería separar, pero mi amor, era fuerte y verdadero, traté de darle alegría, las fuerzas para llevar lo nuestro adelante....le enseñe que el hombre tiene la edad de la mujer a la que ama...que el amor no tiene edad, y si vivimos el amor con intensidad seremos para siempre jóvenes, por que el amor es la fuente de la juventud.
No te amo porque te necesito, te necesito porque te amo. Haré que mi amor sea su fuente de energía ni que para eso que tenga que darle mi própia energía, por que el amor es así....
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