¿Entramos de una vez? - preguntó ansioso. ¿Estás seguro, si no sabemos nada acerca de la salida? - respondió con igual ansiedad y algo de inquietud.
Finalmente y por estrictas consideraciones de seguridad, ambos decidieron pasar el resto de sus vidas en un cómodo pasillo que precede a la entrada, muy próximo al letargo y casi vecino a una cruel monotonía, que se repite ininterrumpidamente, año tras año.
Texto agregado el 10-05-2004, y leído por 148
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Lectores Opinan
24-05-2004
no siempre los "preludios" son seguros... (interesante texto) Nocturna
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