Tenemos objetivos, sueños, inquietudes y necesidades por llevar al plano de la realidad, en constante renovación ¿Acaso no tuve yo en estos últimos 6 meses una sucesión de "sueños de mi vida"?
Él, La cafetera Express, las zapatillas con rueditas y luces, el KEG de Heineken, las vacaciones, etc; nunca se agotan. Se transforman (algunos todavía no) en realidades, que en mayor o menor medida disfrutamos y nos alegran, hasta que su sentido empieza a desgastarse, y "nos aburrimos" de que sean realidades, y no tengan su buen asiento en el plano de los deseos.
Pero esas ganas, esa alegría espiritual vuelve, con diferentes formas, caras, gestos, voces, recuerdos. Esa paz está en el equilibrio, en putear cuando es necesario, en pensar en dos como un conjunto, en no dársela de amparador, ni mucho menos ser el amparado, en disfrutar las pequeñísimas cosas de la vida, en caminar bajo el sol, tomar mate en una plaza, leer un libro que nos gusta, hacer sonreír a una persona que queremos, en dejar de vivir con tus viejos para empezar a vivir con un hombre y una mujer, tan humanos como el resto del mundo, en asumir que esto y todo puede cambiar de un instante al otro, y que la vida no va a terminarse ahí, siempre hay una salida, gente que te espera del otro lado y te ayuda a mantenerte en la realidad. El secreto está en saber que todo es temporal, las divinidades y la eternidad no existen (si existieran todo sería demasiado aburrido), el "para siempre" que tantas veces dijimos y seguiremos diciendo (porque nunca aprendimos y nos empeñamos en no hacerlo) es una gran mentira, un velo para simular una condición de “eternos” de la que carecemos por completo.
¿Por qué hacemos eso? Tan solo porque creemos que nuestros sueños, deseos y objetivos son las metas de nuestras vidas, cuando en realidad toda vida se compone de incontables metas cumplidas y muchas otras perdidas en el rincón de los fracasos, que con el paso del tiempo se olvidan, se pierde la memoria de la intensidad del deseo.
EL CANCER SE LLAMA COSTUMBRE, formamos parte de una sociedad completamente automatizada e inconsciente.
Yo pienso cambiar el mundo, y supongo que vos tampoco. Solamente pretendo que durante 5 minutos te descalces, y te permitas apoyar los pies en la tierra.
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