Duerme mi niña,
de los cabellos enmarañados,
de nariz fina y linda,
de sueños enrredados.

Duerme y descansa
tu frágil cuerpo tendido,
en una cama,
en un césped,
en mis pensamientos dormidos.

Duerme acunada
en tus sinceros afectos,
en tu carita alegre,
en tus ojos bien abiertos.

Duerme y no pienses,
ni siquiera un segundo,
ya que tu mente vuela
y viaja por el mundo.

Duerme, mi niña duerme,
y aquieta tu descontento
de que el mundo gire y gire,
y que a veces sea lento.

Simplemente cierra tus ojitos,
shshshshhshhshshhsh.