Llueve en la sierra Al monótono golpeteo De sus tamboriles dedos Y un tul imprecisa el paisaje Sobre los cerros inaccesibles En esa distante lontananza De pronto una remota quena gime Desde una chocita de indios Y en esa música esta la expresión De todas las desventuras de una raza En esta soledad que las nubes van cubriendo De calles abandonadas, silencio Entonces ella se puso a cantar despacito Asómate a la ventana Para que mi alma no pene Asómate mientras viene La lumbre de la mañana La lumbre de la mañana En el cielo las constelaciones Se prenden como chispazos de soldadura Las tres marías y sus fanales de serenidad La cruz del sur con sus brazos torcidos Y una luna de encantamiento Sobre el cobalto de los cerros A lo lejos oigo el rechinar del río Cuando la lluvia ha pasado Todo se encuentra quieto Mientras el olor de la tierra Como emanación femenina Llena todo el paisaje Con esa sensual ternura.
Texto agregado el 04-12-2008, y leído por 200 visitantes. (1 voto)