En el imaginario colectivo nos encontramos todos, no esperes, toma una pistola y jala del gatillo, vamos es fácil amigo.

Ella entra al cuarto, callada, con su sonrisa dilatada de lado a lado. El duerme, boca abajo duerme. Ella lo medita por dos o tres segundos y se decide a actuar. El sueña con escaleras, números y serpientes. Ella se decide, y acerca su mano lentamente. El se percata de que las escaleras se comen a las serpientes, ansía despertarse. Ella definitivamente, posa sus dedos flacos con largas uñas afiladas en los pies de el, realizándole una maniobra que normalmente se conoce como “cosquillas”. El muere de paro cardiaco fulminante.