Cuando has caminado mucho, poco o nada en la vida, volteas a tú alrededor y no ves a nadie contigo a pesar de que has conocido muchas personas, amigos y parientes, pero hoy nadie esta contigo, miles de pensamientos y recuerdos invaden tu mente, tardes oscuras son sólo tus días, quisieras correr y esconderte de todo, te acongojas y sientes como se te hace un nudo en la garganta, aprisionas un lamento, seres extraños han invadido tu espacio, están por todas partes como perros hambrientos, buitres que quisieran saciarse de tu carne, obligan a que te cortes , saltes desde un precipicio o mejor aún ahorcarte para librarte de todo y escapar a esa libertad, sí ¿quién se preocupara por tí? nadie… corres, brincas hacia aquella salida prometedora como oveja extraviada al matadero, pronto tus paso se vuelven lentos... Gritas pero nadie te socorra, es sólo tú imaginación, una risita escalofriante e irónica escapa de tus labios y se llevan consigo tú ultimo aliento, es ahora tú cuerpo frío, tieso y por fin feliz, mientras todos se suspenden con tristeza y lloran su impotencia, ojos cristalizados, lagrimas que recorren las mejillas como cascadas al vacío… hoy ya no hay nada que hacer, esa no era la salida y quizás nunca lo será, hoy te das cuenta de que ellos siempre estuvieron allí solo que tú no quisiste darte cuenta.
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