En la caída vuelvo, siempre vuelvo a vos...
Giro mi cabeza deseperada por mirarte.
Busco tus ojos, sedienta de tu mirada tierna...
Estoy cayendo ahora, el impulso es lento, el dolor no se siente tanto, no hay más temor. Sé que estás allí, esperándo mi regreso para abrazarme con tus brazos de luz... Como siempre, cada vez que vuelvo.
Texto agregado el 02-12-2008, y leído por 226
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