La publicidad, Alicia. Siempre que quieras entender a una sociedad, prestale atención a la publicidad. Yo anoche pensaba en el machismo. Porque pareciera que el machismo es cosa del pasado, pero minga. Fijate bien. Me vas a decir que exagero, pero vos fijate bien. Sin caer en las propagandas de artículos de limpieza, que siempre te ponen a una infeliz tratando de sacar una mancha como si eso fuera el logro de su vida, fijate las que tratan sobre el período. Sí, Alicia, las propagandas de toallitas, tampones y analgésicos femeninos son el espejo de una sociedad machista. Te dicen que la mujer pasa de tres a cinco días al mes dolorida, estúpida, insegura, débil, de mal humor, peligrosa. Sí, reite si querés, pero a mí me indigna. Yo hago mi vida normal cuando me viene y nadie se entera, lo lamento por las idiotas que se victimizan. No soy menos eficiente ni más histérica, ni sufro de nada. ¿Vos sí, Alicia? Dolor de cabeza, el dolor de cabeza es una bendición, querida. El dolor de cabeza te avisa las cosas. Ni loca me tomo un analgésico para sacarme el dolor de cabeza, porque es mi aliado. Y además es mínimo. Son unas estúpidas, qué querés. Piden a gritos ser dominadas y se lo merecen, esa es mi conclusión, al final. ¿Dolor de ovarios? Eso tiene que ver con lo alterada que sea una. A mí no me duelen nunca, o apenas siento la molestia un día antes. ¿Tenés calor, Alicia? Pero si estamos a la sombra. Está lindo acá. El burro, por favor, no me digas que dejaste al pobre burro al sol todo este tiempo. ¡Alicia! Si se te insola el burro, ¿qué le decimos a Esteban? Nos va a matar a las dos, Alicia. Si serás tarada, mujer. Nos va a matar a las dos. |