DESDE EL ALBA HASTA EL OCASO
Emerge la piel... luna y seda,
y el encanto surge de la noche oscura,
otra vez tu pecadora mano se queda,
explorando bajo el umbral de mi cintura,
En el vértice de esas columnas que son tus piernas,
me detengo en el vello de tu vientre,
es tu aroma o son mis feromonas,
pero yo me siento tan caliente...
Yo quiero ser siempre tuya,
desde el alba hasta el ocaso,
en éxtasis tengo el alma,
cuando nuestros cuerpos se unen,
en concupiscencia entregados.
Consumemos nuestra unión...
No abandono los deseos,
de hacerte mio a hurtadillas,
enredarme entre tu pelo,
y morderte la barbilla,
con mi lengua en tus pezones,
y mi mano en lo prohibido.
Acaricio tus rincones,
me besará el tiempo,
y con mis calientes labios,
yo te llevaré hasta el cielo.
Mi lengua una brasa
que invade tu vientre,
pasaremos las noches
en eterno desvelo.
¡Pasa a devorar
el aire que queda en mi cámara,
absorbe ansioso mis secretos!
Yo abriré la cueva del santo alimento,
cual sedienta Diosa,
de tus labios y de tu aliento
Y cuando no estas...
Te tengo, en mis sueños,
te llevo en mi mente,
cuando placer me brindo,
en noches desiertas,
Y le hago a mi cuerpo,
lo que haría contigo.
Amor que solo me brindas
deseos y... ausencias. |