Este ruido vacío me desespera. No debí haber entrado nunca. Pero ahora estoy condenado. No podré salir de aquí hasta que todo el mundo se valla. Si yo odio los baños públicos por que entré! Tantos hombres extraños que me miran y me intimidan. Quieren algo de mí, lo sé. Es en los baños públicos donde matan a la gente. Siempre es así. Pero nadie sabe quién es la víctima o quién es el asesino. Yo sí. Hoy yo soy la víctima. Escucho pasos, risas, el sonido del agua, las puertas que se abren o cierran. Mi puerta la han intentado abrir. Ellos seguramente creen que el baño esta malo, lo que no saben es que huyo de ellos, de su instinto asesino.
Ya ha pasado el tiempo desde que entre aquí. Mi barba refleja que los días han corrido veloz. O quizás han pasado años, no lo sé. He tenido valor para salir de esta cabina un par de veces por la noche a revisar los basureros y encontrar un poco de comida y para tomar agua. A los minutos vuelvo al baño que ya se ha convertido en mi hogar. Quisiera regresar a casa y ver a mi mamá, sin embargo él está afuera. Me espera. Quiere asesinarme. Quiere volarme la cabeza. Pero no decaeré. Yo no saldré, él tendrá que venir por mí…