PLAN MAESTRO
Matarlo es mi mayor deseo, me tiene harto con sus consejos moralistas, con su hipocresía y su falsedad, jamás practica lo que predica, pero como jode queriéndome imponer su moral de queso roquefort. He decidido asesinarlo, ya pensare el como, pero estoy seguro de que quiero que se calle para siempre.
Tal vez permitiéndole que se beba todo el alcohol que pueda, ya que es un ebrio reprimido, o quizás dejándolo tragar toda esa grasa que se mete, aunque seria muy lento y quiero algo rápido. Lo más conveniente será dejarlo seguirse estresado por cualquier estupidez y así en una de esas se infarta y adiós, ni un solo regaño más.
¡Ya se! lo dejare beber todo lo que quiera y después le voy a permitir a que conduzca, después de unos litros de alcohol siempre se siente piloto de formula 1 y la ultima vez salio vivo de milagro, ¡si! Esa es la mejor solución, lo voy a dejar beber hasta embrutecerse y después no permitiré que llame a un taxi, le aconsejare que maneje y seguramente ahora si me podré deshacerme de él, soy genial.
Mi conciencia se congratulaba de haber encontrado una forma de deshacerse de mi, antes de aquel accidente que me costo la movilidad, ahora la muy desgraciada me viene y me reclama a diario por haber tomado aquella decisión.
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