Aullidos de resistencia rayados en la pared, que el viento hace gritar con su suave roce, y que en el lago oscuro del sin tiempo, aun resuenan estrepitosamente. Y destrozan los arcaicos oídos sordos, de un dios desmemoriado, de un dios que no es.
Texto agregado el 29-11-2008, y leído por 117 visitantes. (3 votos)