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LA CONTRAPARTE DE JEAN BAPTISTE GREUNOUILLE

Todos perdieron la memoria luego de la multitudinaria y grotesca escena de lascivia. Cuando se veían por la calle, la vergüenza generalizada dio amnesia a todos. Los que aún tenían algo en sus mentes, lo tomaban como un mal sueño que no lograban evocar bien.

Todos, menos Marie Alfonsette.
En el momento innombrable por los recuerdos -gracias a la obscenidad- Marie Alfonsette ya había sido abusada contra su voluntad, sin el éxtasis del perfume, por Abramio Ciaorigatsi, un jornalero Italiano.Era un bastardo cínico. Gastaba su dinero en lo que más lo complacía: licor, apuestas y mujeres baratas. Él aún olía peor que el común, un poco más que sus compañeros obreros.

Marie Alfonsette era hija del capataz de construcción donde trabaja Abramio. Una niña simple, nada especial ni en su apariencia ni en su aroma. En su ingenuidad inocente no merecía un ultraje por parte de nadie, menos del ordinario de Abramio.

Esa tarde –cuando todos estaban apeñuscados para ver la ejecución del olvidado Jean Baptiste Greunouille- ella estaba en un balcón entre los muchos. Abramio no sabía para qué se reunía tanta gente. Él seguía a la chica para calmar su instinto libidinoso. Sus frustraciones de vicios y hambre se calmarían cuando calmara su hambre de cuerpos. Su vejez, suciedad y dolor serían sanados con la juventud de la chica.

Antes del inconciente festín sexual, ya los cuerpos se rozaban a contra-pieles por el hacinamiento. Así como se mezclaban sus aromas. Entre el tumulto de gente, Abramio ya profesaba pensamientos sucios. Su endurecido miembro ya rozaba con el filo del cuchillo que sacaba para cortar el vestido de la chica. No fue visto porque todos dirigían su atención al maravilloso Greunouille.

Con el cuchillo raya la espalda de Marie y a partir de su zanja natural, corta su vestido en dos. Por allí empieza a palpar con sus rusticas manos.


Marie no gritó, no hizo nada, sumergida en un estupor de horror que congeló cualquier reacción o reflejo desde que sintió la punta fina del frío cuchillo.

A través de su pantalón y del vestido rasgado, deja sentir a la chica virgen el monstruoso miembro, sucio y enfermo. La rodea con sus manos, sin miedo a perder el equilibrio porque no podía caer porque las paredes humanas tan estrechas los sostenían. Sus manos se apoderaron de los pechos pequeños y puros de Marie. La mano derecha con la que sostenía el cuchillo se fue deslizando hasta la entrepierna tierna de la niña.

La repulsión del momento no dejó que el olvido multitudinario hiciera efecto sobre Marie, luego de la orgía sin precedentes. Sobre todo, luego de que ella empezara por fin a pedir ayuda, llena de lagrimas, y que nadie hiciera algo para calmar su horror sino que en vez de ayudarle, empezaron a montar la escena más carnal y lasciva y con quien primero encontraran. Era una pesadilla cada segundo, cada respiro, cada lágrima.

Cuando él quedó rendido de cansancio en el caudal de pasión animal, ella tenía mucho dolor. No sabía donde empezaba el del alma y donde terminaba el del cuerpo. Hasta entonces, en su vida ni si quiera conocía que era el dolor ni el odio. Ahora sí. El dolor no dejaría que olvidara nada: el aroma a sudor, la horrible sensación de ser ultrajada, asesinada y luego a la vez querer participar de la orgía más sucia y magna de la historia de Francia. Ni si quiera olvidaría el cuchillo frío. Cuchillo que sirvió para matar a Abramio una vez estaba rendido del cuerpo y de la pasión.

Ella huyó. Se escondió. Ella es la madre de la contraparte del fantástico Jean Baptiste Greunouille. Pero él, Alguien más desagradable, más morboso e indeseable. Al fin y al cabo Jean Baptiste carecía de un aroma que excitara a la gente a amor, odio o a cualquier reacción natural. Era insípido.
Éste, en cambio, tiene fetiches. Un voyerismo desagradable hacia la gente, en especial a la que tuviera que ver con la garrapata Grenouille. Le intrigaba porque gracias a él, él existe. Porque él tiene el aroma del odio, del asco, del horror. Una situación tan diferente a la de Grenouille pero a la vez con la única que se ha podido identificar.




Texto agregado el 29-11-2008, y leído por 107 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
29-11-2008 Hoy te inspiraste sabroso, felicidades por tus 3 textos. ***** JAGOMEZ
 
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